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Se despertaron luego de aquella "agotadora" noche, el primero en levantarse fue Quackity, y observarlo junto a él fue una sensación conmovedora, calidez infinita.
Con uno de sus dedos delineó la figura del mayor, sintiendo la suavidad de su piel mientras trazaba todas sus figuras, su nariz, sus labios, sus cejas. Era un movimiento suave, casi indescriptible, no quería despertarlo por accidente, no mientras lo admiraba secretamente.
Soltó un largo suspiro y sonrió involuntariamente, estaba feliz, sintió lágrimas acercarse e intento pensar en otra cosa, el hecho de saber que tenía a alguien que lo quisiese y el también quería, lo ponía muy emocional.
Se sentó en la cama, y se levantó de esta, hasta que sintió una mano darle un fuerte azote en los glúteos.
— Hey! — se giró para ver al responsable.
— Buenos días Quacki.— respondió con una voz ronca y una sonrisa, con los ojos entre abiertos.
El mexicano saltó de nuevo a la cama y se acurrucó con el.— Porque me pegas hombre.— levantó la ceja.
— Porque quiero, y eso es mío. — le guiñó el ojo.
— No puedo pelear con gente guapa perdón.— rodo los ojos.
— Ah si? con que otra gente guapa peleas eh? — frunció el ceño.
— No seas celoso.— lo tomo del rostro y le dio un suave beso en los labios.— Solo peleo contigo.
Spreen con rapidez lo tomo de la cadera, poniéndolo sobre el.
— Que haremos hoy chico lindo?— sonrió mientras lo tomaba con ambas manos de la cadera.
El pelinegro comenzó a moverse hacia adelante y atrás, buscando provocarlo.— No se, que quieres hacer? — sonrió.
— Lo que vos quieras, pero si seguis así, no te dejo salir del cuarto.— volvió a azotar, pero ahora cerca de su cadera, causando un ligero gemido en el menor.
— Apoco si? — se mordió el labio inferior.
— Para idiota.— lo tomo de la cintura y le dio la vuelta rápidamente, quedando sobre el.
— No te enojes papi.— hizo un puchero con los labios.
— Cerra el orto.— dijo mientras comenzaba a reírse.— Queres ir por un café?
— Si quiero.— le toco la punta de la nariz para después sonreír.
La vida era buena cuando tienes a alguien que te quiere, alguien que le importas.
Al estar en aquella cafetería el celular del menor comenzó a sonar.
— Bueno.— contestó tomando el teléfono.
— Hey, Quackity. — se escuchó del otro lado de la línea.
— Roier? — Spreen arqueo la ceja al escuchar el nombre.
— No tuve la valentía de decirlo en persona, pero lo hago en llamada, puede que no me perdones nunca por lo que hice, y yo lo entenderé, la verdad estaba bien enculado de ti y neta soy un pendejo en pensar en separarte con Spreen, la verdad ahorita solo quiero que seas feliz y eso es lo único que me importa, no se que pensaba al chile en ese momento de mi vida pero no sabes cuanto me arrepiento, en parte más por haber perdido nuestra amistad tan chingona, espero y puedas perdonarme, sabes que siempre voy a estar para ti wey, te quiero un chingo.
— Mira Roier.— Quackity suspiro suavemente.— La neta si te pasaste un chingo de la raya, y si me dolió más que nada porque te consideraba como mi mejor amigo wey, pero entiendo que aveces se hacen pendejadas por amor, y está bien, te perdono.
— Muchas gracias wey neta, no me imagino una vida donde no seamos cómpas.
— Ni yo mi Roier, a pesar de todo te aprecio un chingo cabron, te quiero wey.
— Yo a ti mas conchudo.
Continuaron con su plática por unos minutos más hasta que Quackity colgó la llamada.
Spreen lo observo con una expresión de duda a lo que el mexicano simplemente levantó los hombros y bebió de su café.
— Al final de todo, estamos tú y yo aquí, de que me sirve no perdonarlo.— dejo su café sobre la mesa. — El odio solo envenena el alma.
— Tenes razón capo.— levantó los hombros y bebió de su café.
Aunque se hubieran equivocado en un pasado, no había necesidad de guardar aquel rencor.
Pasaron los meses y todo iba mejor, salían más y más, no se supo de Luzu, simplemente todo era lindo a su parecer.Se encontraban en un lindo picnic en las afueras de buenos aires, se habían mudado juntos al departamento de Quackity hace poco y las cosas iban muy bien.
Carrera empezó a compartir el depa con Robleis así que no había ningún problema.
Spreen ya estaba a punto de salir de la carrera y a Quackity le faltaba un semestre más, ya pronto serían graduados.
En aquel lapso de tiempo ocurrieron algunas peleas leves pero ninguna que derrumbará su relación, era simplemente inquebrantable.
La vida era linda, la pasaban muy bien.
Aunque fueran un simple cliché romántico, eran felices.
— Estoy muy agradecido. — dice el menor viéndolo mientras estaba acostado en su regazo.
— Porque?— pregunta acomodando el cabello del pelinegro.
— Por tenerte.— suspira.— No puedo creer la casualidad tan increíble de la vida, que de la nada te hayas aparecido, y ahora estás aquí, junto a mi.
Spreen lo miro y sonrió al escuchar sus palabras.— Vos me enseñaste lo que es amar, jamás dejare de pensar en la suerte que tuve al tenerte a mi lado en el avión sabes? sos tan increible, que estos meses me he sentido tan yo.— suspiro.— Fuiste el ángel que tanto necesitaba.
— Te amo Buhajeruk . — lo miro sonriendo.
— Te amo Quacki.— sonrió de regreso.
El amor no siempre llega cuando uno espera, pero eso es lo bonito de amar.
Y sabes que vale la pena cuando esa persona te hace disfrutar los pequeños momentos, te hace sentir cosas inimaginables.
Te hace vivir.
Y no hay nada mejor que sentirse vivo.
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Este es el final! no sabia cómo finalizar la historia así que una disculpa por este trágico y corto último capítulo, esta linda la historia pero no supe que hacer.
Tengo planeada otra historia pero una angst, estoy pensando en un spreeckity pero si tienen una idea de otro ship porfa díganmelo.
Muchas gracias por leer esta historia, les prometo qué hay más en camino !
Los kiero <3
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ángel sin cielo. / spreeckity
Fiksi PenggemarTu eres mi ángel, has venido a salvarme. Quédate una última noche, somos tú y yo contra el mundo entero. Eres el único que me entiende, quédate. Donde Spreen es un joven incomprendido y Quackity es alguien que tiene mucho amor para dar Aclaró que n...