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Al bajarse del tren se dieron cuenta de que aquel pueblo tenía un aire refrescante, de esos que cuando te dan en la cara sientes el frescor de la hierba y no puedes evitar aspirarlo completamente en tus pulmones.
La estación de trenes en la que estaba era coqueta, de esas de madera blanca y marrón, según iban avanzando el pueblo se veía igual de bonito, con algunas casas pintadas de color pastel en vez de blancas, unas pequeñas otras más grandes.
-¿Realmente esto es un hotel?-Dijo la peli-rosa mirando aquella casa la cual era enorme.
-No, es una casa grande que hace de hotel-Dijo y se encaminó hasta la entrada con la chica murmurando cosas a su espalda.
Una vez entraron el chaval que había sentada en un pequeño mostrador a la derecha le saludó con una sonrisa, pero una sonrisa que iba especialmente dirijida a Itadori, ya que sus marrones ojos estaban clavados en ella.
-Buenas-Dijo Yuuji con una sonrisa.
-Buenas
-Tenemos una reserva a nombre de Satoru-Hablo Megumi
-Oh, si claro, os acompaño-Dijo y salió detrás del mostrador con las llaves en la mano-Por aquí
Aquel chico no tardó en sacarle conversación a la peli-rosa, que de igual manera sonriente empezó una charla con él.
-¿Que sois pareja?-Itadori abrió la boca para responder, pero Megumi fue más rápido.
-Eso no es de tu incumbencia
-Megumi-Riño la chica-Somos compañeros de trabajo
-Bueno pues aquí es-Y les alzó dos llaves una para cada uno Megumi me agarró las dos rápidamente y abrió la puerta entrando
-Nos vemos luego emmm
-Niko
-Itadori-Y se dio la vuelta hacia dentro de la habitación-¡Oye dame mi llave!-Dijo entrando detrás de él y cerrándole la puerta.
Megumi estiro las llaves hacia ella y cuando esta estaba a punto de cogerlas rápidamente la chica hizo un puchero y se puso de puntillas intentando agarrarla pero fue inútil
-¡Megumi! Si no me das las llaves....
-¿Qué?-Dijo inclinándose un poco hacia ella
-Te juro que te voy a dar un puñetazo
Itadori pudo ver cómo a Megumi se le dibujaba una sonrisa en el rostro y después dejaba las llaves encima de su cabeza, ella rápidamente llevó sus manos a esta agarrándolas.
-Idiota-Y se lanzó a la cama que había pegada a la pared dándole la espalda y sacando su móvil
-¿Te vas a dormir?-Pregunto el azabache
-Sí, estoy cansada
Escuchó un suspiro de parte del chico y luego unos pasos, la puerta se abrió y después se cerró, entendió que se había quedado sola y cerró sus ojos apagando el móvil e intentando dormir un rato.
El ruido de la puerta abriéndose otra vez la despertó dándose cuenta de que ya no estaba en la misma postura de antes, todo lo contrario estaba boca abajo con media cabeza metida debajo de la almohada.
-Mmmm ¿Qué hora es?
-Las 14:21
-Con razón tengo tanta hambre-Dijo mientras se sentaba en el borde de la cama estirándose-¡Vamos a comer algo! ¿Has visto algún bar?
-Sí...
-Pues vamos-Dijo levantándose y yendo hacia donde estaba él, para agarrar su mano y tirar hacia la salida, escuchando como este se quejaba por lo bajo-¿Por dónde?
-Oye no...
-Oh, vamos, solo vamos a comer.
-Tú eres la que quiere comer.
-¿Ya has comido?
-No
-¿Por favor?-Dijo la peli-rosa alzando una de sus cejas
Megumi suspiro y comenzó a caminar, entonces Itadori se dio cuenta de que sus manos seguían enlazadas, se quedo completamente en blanco, así que rápidamente la alejó de la del chico y las metió en el bolsillo de su sudadera.
Llegaron a un bar que parecía uno del oeste con un cactus sonriente en la entrada y cuando entraron sonaba música ranchera había bastantes personas allí hablando con una sonrisa en el rostro y unos enormes platos frente a ellos.
Se acercaron a la barra y pidieron la carta una chica que iba a disfrazada de vaquera los guió hasta una mesa que había en el fondo, se marchó diciendo que enseguida llegaba su compañero para tomarles nota
-Y si pedimos un menú en conjunto de estos-Dijo Itadori
-Eso es para parejas
-Bueno ¿y que? nosotros somos dos y el menú es para dos-Megumi se quedó en silencio y después de unos segundos llegó el camarero-Un menú para dos-Dijo ella rápidamente.
-Enseguida lo traemos-Dijo sonriente, mientras lo apuntaba en una pequeña libreta, después cogió las cartas dejándolos solos
-¿As averiguado algo?
-Sí, creo que las maldiciones se acumulan en la iglesia y la morgue
-Ou...
Ella no tenía ningún problema con las iglesias...Pero si tenían que meterse en una morgue eso ya era otra cosa, a los muertos hay que respetarlos.
Los platos llegaron segundos después y la boca se le hizo agua, aquella comida tenia una pinta genial, no se arrepentía de su desición. Una idea graciosa pasó por su cabeza recordando a la pareja que había cuando estaban en Tokio.
-Fushiguro-El mencionado dejó de mirar su plato y al alzar la vista pudo ver a la chica, con los palillos en la mano y comida entre estos, con el brazo estirado hacia el-¡Prueba esto está delicioso!.
El se quedó unos segundos estático pero después se inclinó un poco e hizo lo que la chica quería, comerse lo que le estaba ofreciendo, consiguiendo el efecto contrario al que Itadori quería
-¿E-está rico?-Dijo sintiendo sus mejillas calentarse