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A los gestos, como a los planetas, los mueven unas leyes invisibles

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A los gestos, como a los planetas, los mueven unas leyes invisibles.

Escuchaba su teléfono sonar ruidosamente. Me cago en.... Estiró su mano para agarrarlo, viendo que quién la estaba llamando era el sensei

¿Ocurre algo sensei?...

Necesito que vayas con Fushiguro a la estación de trenes

¿Cómo?

No te preocupes a él ya se lo digo yo

Ya...¿pero qué...

Y se colgó

Soltó un profundo suspiro y después dejó caer su cabeza contra la almohada, contó mentalmente hasta diez y se reincorporó estirándose y haciendo algunos de sus huesos crujir.

Abandonó la cama y se acercó al armario buscando el uniforme y las mallas del color que hoy se pondría, las estuvo mirando todas y las que más le convencieron hoy fueron las de color amarillo, cuando se colocó las deportivas miró otra vez el armario y agarró su chaqueta con pelo de borreguito

Hoy era un día frío, había mirado por la ventana y había visto que incluso había cuajado un poco de nieve nieve, también agarró un gorro de lana de color amarillo para combinar con las mallas.

Su abuelo siempre decía que hacía una graciosa combinación de colores, pero es que a ella le gustaba tener su propio estilo, no quería ir simplemente de negro o de los colores que todo el mundo llevaba.

Al salir de la habitación se encontró con Megumi esperándola apoyado en la pared al lado de su puerta, dio un pequeño sobresalto y después le sonrió.

-B-buenos días

-Buenos días

-¿Llevas mucho esperando?

-No, vamos-Y paso por delante de ella yendo hacia la salida.

Al salir el viento que soplaba era frío, haciendo que así su cuerpo temblase en un escalofrío, a pesar de que hacía sol había bastante nieve y estaba segura de que el sol no conseguiría derretirla.

La sombra de Megumi está justo delante de ella, ella mantiene la distancia desde el momento en el que habían empezado a caminar y él tampoco se había girado una sola vez, estando completamente seguro de que ella iba justo detrás.

El semáforo se puso en rojo y ella chocó con su espalda, iba tan metida en sus pensamientos que no se había dado cuenta, se llevó una mano a la nariz mientras que él la observaba por encima del hombro con su cara inexpresiva y tranquila de siempre

-Lo siento...-Dijo mientras le daba una pequeña sonrisa, el simplemente volvió a mirar hacia delante.

Cuándo el semáforo se puso en verde Itadori espero unos segundos a que él avanzará, guardando un poco de distancia entre ellos. Cruzaron un puente sobre un río y ella no pudo evitar sacar el móvil y hacer una foto por lo bonito que servía el paisaje.

La novia de Megumi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora