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~Ten cuidado con quien haces recuerdos. Esas cosas pueden durar toda la vida~
Itadori consigue tranquilizarse después de un largo rato. Aunque quizás es que no le quedan más lágrimas o palabras que decir.
Le duele el pecho de una manera horrible.
Le escuecen los ojos y la cabeza le da punzadas.
Por una milésima se culpa asi misma de todo esto. Sabía que Sukuna quería hacer algo contra Megumi, y en vez de negarse en rotundo, decirle a Fushiguro que no, que podría hacer las cosas de otra manera...
Definitivamente esto podría haberse evitado.
-Yuuji...-Habla Gojo sacándola de su torrente de pensamientos-No es culpa tuya-La chica se queda estática en el sitio- Tu solo querías ayudar Megumi, no sabías que esto podía llegar a pasar. Sobre lo del embarazo...No seré yo quién diga lo que te está pasando, pero creo que los demás deberían saberlo.
Claro que deberían saberlo, por si de repente siente eso horribles mareos o se ponea vomitar como si la vida se le escapara por la boca y....Bueno esas cosas de embarazada.
Después Satoru le da un momento para recomponerse perfectamente, dándose la vuelta para dejarla poner su ropa en un estado más razonable.
Mientras tanto Gojo piensa que quizás podría decir algo más, pero él nunca a tratado con una persona en la situación en la que Yuuji está. No puede decir que todo pasará porque está seguro de que esto es algo que no se borra nunca de la piel.
Y quizás es mejor quedarse en silencio.
Cuando Yuuji ya está lista se acerca otra vez al mayor y tardan un segundo en volver a estar donde todos los demás, que se quedan estáticos mirandolos.
-Ey...-Saluda Itadori rompiendo la tensión.
¿Creerían ellos que su sensei no la iba a encontrar? ¿Qué la encontraría muerta?
Va a decir algo más pero unos brazos la envuelven sacándola del lado de Gojo. Lo reconoce rápidamente: Choso. Quién la estruja contra el como si quisiera fusionarlos a ambos, no tarda en corresponder su abrazo.
Choso. Su hermano. Quién se ha preocupado por ella como si se hubiesen criado en la misma casa desde pequeños.
Y mira que incluso han intentado matarse.
Pero hace un tiempo que lo había perdonado.
-¿Estas llorando hermanito?-Pregunta la peli-rosa y sabe que la palabra hermanito llegará profundo.
-¡Por supuesto que lo estoy!-Confiesa y la aprieta aún mas.
-Tranquilo, estoy...Bien.
Se siente segura. Se siente como si la primavera hubiese florecido dentro de su pecho.
