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Este capítulo se va a centrar más en los pensamientos de Fushiguro

Y siento que me ha quedado tan✨🦋✨🦋✨🦋✨🦋✨✨

Y unos pocos de Itadori y la relación con Sukuna.

Como os avisé anteriormente puede que en algunos capítulos haya cosas que no os guste

Como os avisé anteriormente puede que en algunos capítulos haya cosas que no os guste

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~Es que ya no sé como verte
y no sentir.~

Quería su fragilidad

Quería su locura

Quería sus risas sus sonrisas

Quería su alma

Quería aquel corazón que nadie podía domesticar

Pero al principio no fue así.

No la quería cerca, no quería que lo tocase, no quería estar con ella. Pero algo parecía tirar con fuerza de él para que siempre estuviera a su alrededor, podía ver como la chica se tensaba y se ponía nerviosa cuando él estaba cerca, cómo parecía tener miedo a entablar alguna conversación y como siempre guardaba la distancia entre ellos.

Pero eso el mismo lo había buscado.

Yuuji para él era espléndida e irresistible y también odia que lo sea para muchos otros.

Porque no le hace falta ser femenina para llamar la atención.

Cuando estaban cerca y podía oler su perfume, este pasaba a través de su olfato, mandando un mensaje a todo su sistema nervioso, que provocaba que en su estómago hubiese pequeños tirones en éste, rápidamente tenía que meter las manos en sus bolsillos apretando los puños porque éstas querían agarrarla y pegarla a el, poder aspirar su aroma mucho mejor.

Quería poder sentir el pequeño pero fuerte cuerpo de la chica contra el de él. Sentir como se tensaba y se ponía nerviosa. Porque eso también le gustaba, le gustaba poder provocar ese efecto en ella, le gustaba ver cómo se sonrojaba le gustaba cuando a veces tartamudeaba.

Tenía la sensación de a veces estar perdiendo el contacto con la realidad eso era el efecto que Yuuji provocaba en él, que por las noches fuese la protagonista de sus fantasías y de sus sueños.

Y odiaba profundamente no ir a su habitación y prácticamente arrancarle el pijama tocarla, besarla, escuchar su respiración profunda y sus gemidos.

Él nunca había sido una persona celosa porque básicamente nunca le interesó tener pareja y básicamente sentía que eso era de ser una persona completamente insegura.

Pero no. Ahora sabía que los celos no solo venían de la inseguridad, pueden venir de un deseo enfermizo de monopolizar a la persona que tanto que está comiendo la cabeza y metiéndose en tu corazón para que solo te mire a ti.

La novia de Megumi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora