~8~

1.1K 117 1
                                    

~Hay pecados que merecen ser repetidos~

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~Hay pecados que merecen ser repetidos~

-¿A qué viene esa pregunta?-Dijo sin despegar la vista de ella.

-No se, curiosidad-Dijo moviendo sus hombros

-No, no lo soy.

Y el silencio se volvió a hacer en la habitación, no era tan incómodo como en otras ocasiones, quizás era porque ella estaba en tu propio mundo.

-Esperamos unas horas hasta que todos estén dormidos-Dijo el azabache.

-¿Crees que haya alguien vigilando?

-No se-El silencio se hizo unos segundos.

-¿Quieres seguir viendo la serie?-Dijo ella tumbándose en la cama, con cuidado de que la falda no se levantase.

Megumi la siguió con la mirada y despues la miró unos segundos más, viendo como sacaba el móvil de sus bolsillos y le conectaba los auriculares, para luego mirarlo, esperando una respuesta, la cual fue de fijarse sobre la cama junto a ella.

La serie cada vez se ponía más interesante hasta el punto de que Megumi hizo algún que otro comentario diciendo; "por lo menos no son tan idiotas" "Vaya, la policía sirve de algo"

En su móvil saltó el aviso de que queda  un 10% de batería, así que se reincorporó y cogió el cargador que le dijeron que había en uno de ellos cajones, después  buscó un enchufe y se dio cuánta de que estaba del lado de Megumi

Y en vez de pedirle a Fushiguro que lo enchufara, fue ella quien se movió por encima de su cuerpo y lo puso, cuando estaba volviendo a su posición algo en su cabeza la obligó a mirar hacia el chico debajo de él

No entendía por qué le pasaba esto cuando ambos chocaban miradas, siente como su estómago se retuerce y se afloja con fuerza, despertando un cosquilleo que viaja por todo su cuerpo.

Y cuando sus sentidos vuelven, sus labios están a tan solo unos centímetros, se sorprende cuando Megumi no le ha dicho nada o la ha empujado hacia otro lado.

¿El también lo sentirá?

Su piel se eriza cuando es Megumi quien termina con la distancia entre ambos, su corazón se acelera y todo se detiene unos segundos.

La mano de Megumi se desliza desde su sitio hasta su pierna, buscando la piel expuesta, donde la maya no cubre. Ese pequeño beso ahora se transforma en uno más cariñoso, sus lenguas batallan por ver quién entra primero a la boca de el otro.

Pero Megumi pierde cuando Itadori se desliza encima de él, haciendo que la situación se torne más gustosa de lo que ya es, sería un yondo si se quejara por sentir a Itadori encima de él

Pero si lo piensa bien, el perdió en el momento en el que sus miradas se encontraron por primera vez y en su estómago se retorció.

Sabía que si seguían así no abría vuelta atrás.

¿Quería que esto parara?

Su fino hilo de cordura y pensamientos desaparece cuando, Itadori se mueve  encima de su creciente erección, en círculos, hacia adelante y hacia atrás, buscando hacer una jugosa fricción que lo hace jadear.

Todo se sentía también que parecía irreal, porque no era solo el aspecto físico, también estaba aquella conexión que había entre ellos, esas emociones que se transmitían en cada toque, cada mirada, cada beso.

La ropa les sobra, así que no tardaron mucho en comenzar a desnudarse el uno al otro y después de unos minutos ya había ropa por toda la habitación, a pesar de que es la primera vez que se ven así no parece haber vergüenza, ni timidez.

Sus labios se buscan una vez más antes de que Itadori comience a descender hacia abajo devorando su miembro de manera lenta y torturosa. Megumi siente como aquellas paredes le aprieta y puede sentir su calor, sus manos aprietan aquella cintura que parece hecha a medida para el.

Una vez esta completamente llena se queda así unos segundos, intentando estar lo más cómoda posible, la primer avez que la chica se mueve ambos jadran de manera suave y lenta, sintiendo el placer por cada poro de su piel.

Megumi le ofrece sus manos de apoyo y ella las acepta, el hechicero nunca se imaginó ver así a Itadori, y le gusta más de lo que debería, la escucha jadeando y suplicando por más, tan cerca de su oído que se olvida de en el lugar en el que están, queriendo solo complacer el deseo que ambos han provocado, asique el también comienza a empujar sus pelvis hacia arriba, llenándola hasta el fondo.

Megumi siente un cosquilleo en su bajo vientre y entonces la prieta más contra el, sintiendo como mas de la piel de la chica chocan con la suya y como si fuesen dos rayos chocando entre ellos, ambos llegan al clímax.

Itadori cae hacia adelante pegando su frente la una contra la otra, pero una nueva chispa salta entre ellos cuando sus ojos parecen buscarse una vez más, sintiendo que todavía no es suficiente.

Mierda. Piensan a la vez, para después volver a unirse en un fogoso beso, Megumi los hace rodar quedando esta vez el encima, marcando un ritmo es salvaje e implacable, haciendo que la chica bajo el arañe su espalda y enrosque sus piernas alrededor de su cintura, mientras se retuerce.

Cuando la neblina ardiente que los a estado envolviendo desaparece, ella es la primera en recoger su ropa y meterse en la ducha. Sí, estaba oyendo porque si le preguntaba algo no sabría que responder.

El agua caliente hace que sus pensamientos se evaporen, no tarda mucho en salir y Megumi entra cuando ella está a unos pasos de distancia de la puerta. No dice nada cosa que agradece.

Tenía ue actuar como si nada hubiera pasado.

Una vez que ambos estuvimos listos decidimos salir de la habitación y yo desconecte mi móvil y miré la hora antes de salir. Las 3:00. Caminando por aquellos largos y tétricos pasillos, me di cuenta de que quizás solo estábamos siendo un poco idiotas, es decir, es normal que pasen estas cosas ¿no? somos adolescentes

Miré por una de las ventanas hacia el patio y pude ver como algo se movía entre las sombras, podía ser o bien una maldición o bien el guardia que merodeaba por fuera.

-Megu...

-Lo he visto-Me corto-vamos para abajo.

Y sin decir más nos dimos la vuelta en dirección a la salida que daba al patio, con cuidado de no hacer mucho ruido, aunque estaba segura de que podía pasarme como en las películas; que me tropezaba y me lo llevaba todo por delante formando un gran escándalo

Al estar pasando por el centro de aquel enorme lugar, donde se rezaba, se escuchó lo que yo creí que era un gemido y ambos nos detuvimos en seco, después de comenzar a escuchar más ruidos y murmullos sentí el calor agolparse en mis mejillas. Parece que me Fushiguro y yo no éramos los únicos lujuriosos aquí.

Después de unos segundos seguimos caminando e ignorando todo lo que se decian en aquel lugar, llegando así al patio, pero con cuidado de haber primero se vio algún guardia.

Megumi invoco a uno de sus perros el cual comenzó a olisquear en camino hacia lo que parecía ser un sótano o por lo menos algo que iba hacia un lugar subterráneo, con cuidado de no hacer ruido tiré del cierre de la verja y dejé pasar al can, el cual siguió guiándonos hasta abajo

Se me heló la sangre cuando al llegar olía  a putrefacción, como si hubiese algo muerto que nos estaba dando la bienvenida se me erizo la piel cuando desde las escaleras nos llevó un frío por la espalda.

Y cuando la puerta al final de las escaleras se cerró, haciendo un chirrido espantoso se dieron cuenta de que esto había sido una trampa.

La novia de Megumi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora