Después de terminar el duro día de trabajo, que había desarrollado un tanto ausente, ya que su mente y su corazón estaban hundidos por la noticia que su supuesta amiga le había proporcionado, BaekHyun se despidió de Nina y de su hermosa manicura y cerró la clínica quedándose a solas con el apuesto veterinario, que parecía haberlo esquivado durante toda la jornada. Tal vez ChanYeol fuera uno de esos hombres que no sabían qué hacer ante las lágrimas de un doncel y verlas tan de cerca lo asustaba demasiado. Finalmente, dispuesto a dar fin a ese nefasto día y volver a casa para sentarse frente al televisor con un gran bol de helado de chocolate que acompañaría sus quejas mientras le gritaba a las protagonistas de las empalagosas películas románticas que no se enamoraran, coreada por los aullidos de Henry, que parecía estar de acuerdo con el en esos momentos, BaekHyun se dirigió hacia el despacho de ChanYeol, donde éste debería estar revisando sus facturas pendientes una vez más. Aunque lo más seguro fuera que estuviera entretenido con alguno de esos estúpidos juegos de su móvil, enviciado como un inmaduro adolescente. Tal vez por eso, la mitad de las veces ese trasto de última generación que siempre llevaba consigo se encontraba sin batería.
Cuando abrió despacio la puerta, BaekHyun halló ante sí una imagen que le hizo darse cuenta de la dedicación de ese hombre hacia su trabajo: ChanYeol estaba profundamente dormido encima de su libro de cuentas, y entre sus manos descansaba alguna que otra advertencia de embargo de su banco. Las facturas de los clientes que lo evitaban habían sido divididas y señaladas con unos pequeños post-it en varias categorías: «Definitivamente no pueden pagarme», «Tal vez lo hagan poco a poco» y «Me evitan, aunque los muy cabrones tienen dinero». BaekHyun sonrió ante la original forma que tenía ChanYeol de clasificar sus problemas y tocó levemente su hombro para despertarlo.
—ChanYeol, ya es la hora de cerrar la clínica. Tras ver que sus leves toques no conseguían despertar a ese hombre en absoluto, lo zarandeó un poco, consiguiendo que finalmente se moviera soñolientamente y cambiara de postura.
—Mamá, déjame descansar un poco más —se quejó ChanYeol intentando volver a su agradable sueño —. Estoy teniendo un bonito sueño y aún no quiero despertar...
—¿Y qué estás soñando? —le susurró BaekHyun al oído, dispuesto a aprovechar la confusión de ese adormilado hombre para enterarse de sus escabrosos secretos.
—Que le devuelvo la alegría a un doncel que ya no recuerda cómo es sonreír... —contestó ChanYeol, despertando al fin de su sueño y enfrentándose a la triste mirada de BaekHyun, que tantas veces había tratado de evitar ese día.
—¿Ah, sí? ¿Y cómo lo hacías? —preguntó BaekHyun cuando sus ojos se encontraron finalmente.
—Así, princesito —anunció ChanYeol, poco antes de hacer que BaekHyun cayera en su regazo y sus labios probaran al fin la fruta prohibida que era ese doncel y que tantas veces le había tentado con su sola presencia. ChanYeol lo besó con dulzura, deleitándose con su pecaminoso sabor. Separó sus labios lentamente con los suyos, y su lengua buscó una respuesta a sus atrevidos avances, que sin duda serían fulminantemente rechazados... pero el tan sólo gimió, aceptándolo por completo mientras respondía a ese beso con la misma arrolladora pasión con la que ChanYeol lo había iniciado.
Él lo acomodó en su regazo sin abandonar en ningún momento sus adictivos besos, que le hacían desear cada vez más de esa arrolladora pasión que los envolvía. Atrajo a BaekHyun junto a él hasta que no quedó espacio alguno para un instante de duda o de remordimiento por lo que sus cuerpos querían. BaekHyun se alzaba a horcajadas sobre el cuerpo de ChanYeol en una minúscula silla que apenas les permitía moverse, pero ellos no necesitaban más. Las manos de ChanYeol se movieron solas: mientras una de ellas impedía que BaekHyun rechazara sus besos sujetando fuertemente sus hermosos cabellos, la otra lo despojaba de su elegante chaqueta, que ahora limitaba el placer de poder deleitarse con la visión de su cuerpo. BaekHyun gemía, respondiendo con abandono a cada uno de los avances de ChanYeol, y lo ayudó a deshacerse de su ropa sin dejar de jugar con el atrayente hombre que lo hacía olvidarse de todo con el simple roce de sus caricias. ChanYeol arrojó a un lado la fastidiosa prenda y, ante el seductor panorama que representaban los hermosos pezones de BaekHyun tapados por una leve camiseta blanca bastante transparente, sus impetuosas manos se deshicieron con rapidez de tal molestia abriéndola con brusquedad para dejar expuestos a su ávida mirada los tentadores pezones. ChanYeol no se molestó en apartar más prendas del ardiente cuerpo de BaekHyun. Sujetó la espalda de BaekHyun con sus fuertes manos poco antes de comenzar a adorar su cuerpo con las caricias de sus labios. ChanYeol besó con dulzura sus enhiestos pezones hasta obtener algún apasionado gemido del cuerpo de ese doncel que en esos instantes lo volvía loco con sus movimientos que buscaban con impaciencia la unión de sus cuerpos.
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UHDPP_ChanBaek
Teen FictionByun BaekHyun es un rico heredero con muy mal genio que vive muy cómodamente gracias a su excéntrica tía YooNa. Pero debe soportar una gran carga: Henry, el aprovechado protegido de su tía que no deja de perseguirla por todas partes. Cuando esta le...