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YooNa Byun revisaba concienzudamente que todo estuviera en su lugar antes de ir en busca de su sobrino, dispuesta a eliminar a ChanYeol Park del camino de BaekHyun. Ésta ya había sufrido demasiado por la estupidez de los hombres, y YooNa no estaba dispuesta a observar cómo otro obtuso animal de tres patas dañaba el frágil corazón de su pequeño. Iba acompañada de Víctor, su chófer, y Harry, su viejo y fiel abogado que siempre la ayudaba a resolver situaciones molestas como la de ese estúpido Park del que pensaba deshacerse en cuanto supiera su precio.

Porque las personas siempre tenían un precio: sólo debía averiguar cuál era, para concederle sus deseos más profundos e intercambiarlos por la paz y tranquilidad de su sobrino. María, su fiel amiga y ama de llaves, se había negado en redondo a acompañarla pese a haberla amenazado con el despido. Ella simplemente le había bufado con muy pocos modales y había ignorado sus órdenes desde detrás de una revista de cotilleos. YooNa no quiso discutir mucho con ella por si acaso decidía hacerle el boicot a través de sus comidas, como siempre hacía cuando la molestaba más de lo aconsejado. Finalmente, decidió que debía llevar consigo a ese viaje de duración indefinida unas tres maletas, que contenían también unas cuantas elegantes prendas para su querido sobrino, quien habría tenido que sobrevivir con ropa de mercadillo, para su desgracia. YooNa adecentó su aspecto y se dispuso a adentrarse en su vehículo más ostentoso y magnífico, que no era otro que una monstruosa limusina negra que a ella le encantaba llevar a las reuniones de la junta directiva para mostrarles a esos prepotentes quién mandaba en el bufete a pesar de haber dejado el venerable oficio de abogada hacía algún tiempo.

Cuando estaba acomodando su trasero en la tapicería de piel, recibió una llamada a su móvil. YooNa estaba hasta las narices, dispuesta a romper ese trasto en mil pedazos para no escuchar ni una más de las indecentes proposiciones que esos jóvenes desvergonzados le seguían ofreciendo, cuando se percató de que ése era el número de BaekHyun. Sabedora de que su sobrino no era dado a las llamadas y que sólo la molestaría en caso de emergencia, YooNa atendió el teléfono un tanto alterada, esperando no haber llegado demasiado tarde al rescate de su pequeño.

—¿Sí? ¿Qué te ocurre, BaekHyun? No es propio de ti llamarme a estas horas. De hecho, últimamente no es propio de ti llamarme en absoluto —recordó reprobadoramente, sin dejar de preocuparse por lo que hubiera podido suceder.

—Tía YooNa, necesito tu ayuda.

—No te preocupes, voy para allá. ¡Ya sabía yo que ese miserable te haría daño! ¡En cuanto llegue, voy a dejarlo en la más absoluta miseria y...!

—Tía YooNa, tranquila. ChanYeol no me ha hecho nada —lo interrumpió BaekHyun con la voz un tanto alterado, y eso sólo podía significar que alguien le había hecho daño, ya fuera con sus actos o sus palabras.

YooNa dudó ante la afirmación de su sobrino, pero, confiando en ella tan plenamente como siempre hacía, la animó a continuar con la conversación. —¿Y bien? Te escucho.

—Tía YooNa, he aceptado el caso de una mujer maltratada por su marido y es algo complicado de llevar. Necesito al mejor abogado del bufete aquí, y sólo tú puedes hacer que venga.

—Sabes quién es el mejor abogado de mi bufete, ¿verdad? —preguntó YooNa, convencida de que ya era hora de que BaekHyun se enfrentara cara a cara con sus miedos más profundos.

—Sí, para mi desgracia, lo sé —suspiró BaekHyun con cansancio—. He hablado con él y se niega a ayudarme. Por eso te he llamado a ti, tía YooNa.

—Pues mañana nos tendrás a todos allí —aseguró YooNa con firmeza—. Dile al servicio que vaya preparando nuestras habitaciones.

—Tía, esto es un pueblo pequeño y sin encanto. La casa de Henry no es tan grande como la tuya y, definitivamente, no voy a contratar a nadie para hacer algo que puedo hacer yo mismo. Con que me envíes a esa alimaña, bastará...

UHDPP_ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora