Introducción

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Derek

— ¡Papá! — corro a pasos veloces por el pasillo, que al parecer es demasiado largo, voy de la habitación principal hasta en donde me llamaron, en cuestión de segundos ya estaba cruzando la puerta de la habitación de mi hija.

— ¿Paso algo, princesa?, ¿Te duele algo?, ¿Te sientes mal?, ¿Quieres algo?, ¿No puedes dormir?... — comencé hacer muchas preguntas buscando la razón de su grito.

— ¡Stop, papá¡; no me pasa nada — mi hija me regala una sonrisa que tranquiliza mis nervios.

— Okey, entonces porque gritaste... ¡Papá! — imite su voz y la manera en la que me había llamado.

— ¡Ey!, yo no hablo así — mi pequeña se cruza de brazos dejando ver un puchero, suelto una pequeña risa.

— Si princesa, tu voz es así de aguda cuando gritas — vuelvo a soltar una risa — pero bueno, dime, ¿para qué me llamaste? —

— Quiero que me leas un cuento antes de dormir — sonrío señalando el estante con libros que se encontraba a un costado del cuarto.

— Y... ¿Cuál cuento quieres que te lea hoy? —me levante dirigiéndome a los libros.

— Quiero el de "la princesa de fuego" — respondió acomodándose mejor en su cama dispuesta a dormir después de que leyera ese cuento.

— Pero ese es un cuento muy corto — me giro para verla.

— Es que los demás ya me los se de memoria — alzo mis hombros sin restarle importa mientras tomo el pequeño cuento.

— Recuérdame ir a comprar mas cuentos o libros — el libro era delgado tenía solo 5 páginas, contando una historia simple pero hermosa.

Camino hacia la cama de mi pequeña sentándome a la orilla de esta, para seguido abrir el libro y comenzar leer.

— Había una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas... — luego de unos cortos minutos termino de leer cerrando el libro con la frase que terminaba cada cuento que leía con mi hija.

"Al final, el amor puede hasta con lo imposible"

Dirigí mi mirada a mi hija la cual ya estaba dormida, sonrío al ver a mi pequeña hija que, aunque ya tenía 8 años, aún seguía siendo la bebé que cargue en mis brazos haciéndome ver la vida de una mejor forma, le di una beso en la frente, para poder levantarme dirigiéndome a dejar el libro en el estante para después retirarme de la habitación de tonos amarillos y negros.

Al salir cerré la puerta y comencé a caminar por el largo pasillo hacia mi habitación, que era la primera del pasillo, mis pies se sentían fríos por la madera que decoraba el suelo ya qué al querer ver si algo sucedía, salí corriendo pero sin zapatos. Suspiro al entrar a mi cuarto, cierro la puerta dispuesto a conciliar de nuevo el sueño, me eche a la cama para cerrar mis ojos quedando dormido.

 Suspiro al entrar a mi cuarto, cierro la puerta dispuesto a conciliar de nuevo el sueño, me eche a la cama para cerrar mis ojos quedando dormido

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Buscando el amor para papá - SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora