Mi padre volvió a dejarme en el lugar en donde me encontró antes y esta vez ya todos habían terminado con sus asuntos; sin embargo, la persona que hasta entonces me había hecho compañía no aparecía por ningún lado.
Sentí una pizca de decepción nacer dentro de mi pecho, pero la hice a un lado en cuanto Abi me miró. La sonrisa le llegaba a los ojos y su prometido, al igual que ella, sonreía como si le hubiera pasado algo magnífico; no hizo falta que preguntara antes de que ellos mismo me lo dijeran.
—Marian está tan bonita. No me extrañaría que fuera la más hermosa entre todas.
—Sí, antes de salir de casa no me dejó verla. —Lorcan se rio, orgulloso y me hizo un gesto para que mirara hacia donde las jóvenes se disponían para el primer baile—. ¿Ves a la joven del vestido verde con las trenzas de rosa? Es mi hermana.
Seguí su señal y miré entre las diferentes niñas hasta dar con la que me describía antes de asentir; la niña era bonita, con un rostro un poco redondeado y mejillas sonrojadas.
—Muy bonita. —Por las miradas expectantes en los ojos de Lorcan Selig y Abigail Blane, alguien podría pensar que estaban hablando de su propia hija y no de su hermana y cuñada. Había afecto, orgullo y expectativa.
—No sé si alguien le llamará la atención esta noche, pero de seguro recibirá muchas invitaciones. —Mi prima suspiró mientras miraba los primeros pasos de un baile lento, pausado y serio se llevaba a cabo frente a nuestros ojos; a su vez, el joven Lorcan frunció el seño y miró a su novia con insatisfacción antes de volver la vista hacia su hermana con las cejas más juntas todavía.
«¡Qué gracioso!», pensé y enseguida mis hombros tensos se aflojaron.
—¿Luego viene una Galantía? —Noah me preguntó, aunque parecía más una afirmación que una pregunta en sí.
—Parece ser lo correcto, una Vaanpa y una Galantía*.
—¿Bailarás? —Inclinó la cabeza en mi dirección y esperó a que yo le respondiera.
Si decía la verdad, no esperaba sumarme a ningún baile a menos que se diera la inesperada situación de que lo que todos querían ver se diera de verdad y el muy afamado príncipe deseara hacer un espectáculo de nosotros; la cuestión es que no había considerado la posibilidad de que él no apareciera. Mi padre tampoco era un aficionado a la danza, prefería oír la música, aunque más de una vez lo había visto bailar con mi madre; a veces sospechaba que era una excusa. Así que dentro de mis posibilidades, no había contemplado bailar con nadie aparte de mi padre o el príncipe.
—¿Por qué? ¿Me invitarás? —pregunté al tiempo que consideraba que bailar con mi primo no me haría daño.
—¡Qué perspicaz! —Sonrió y se inclinó en mi dirección ni bien se marcó la pausa antes de que comenzara la siguiente. Lorcan ya había invitado a Abi y nos llevaban una gran distancia de ventaja—. Bueno, no hay gente más ansiosa que ellos por sumarse a este tipo de ejercicios.
—Parece que nunca se les acaban las fuerzas.
—Hasta el momento, no puedo contradecirte, y los conozco desde que nacieron.
Noah me guio hasta una posición no demasiado cerca del centro pero tampoco tan cerca de los extremos y sujetó mi mano en cuanto la melodía volvió a animar el salón. Al principio, pensé que aparte de una invitación amigable, mi primo tenía otra intención para que nos mezcláramos entre los demás bailarines, pero al ver el ritmo y los necesarios y continuados saltos, me parecía imposible decir una palabra.
Moví los pies tal y como había aprendido en algún momento, sin ser realmente consciente de lo que hacía mi cuerpo, giré y brinqué y Noah hizo lo mismo sin que su sonrisa flaqueara en ningún momento, como si esto no fuera algo exigente; yo, por mi parte, ya sentía que mis mejillas se enrojecían y que mi cuerpo entraba en calor.
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Gea [PAUSADA]
Fantasy¿Y si te dijeran que vas a perder la cabeza? ¿Que tus padres van a morir? ¿Tus hermanos? ¿Tu prometido? ¿Qué harías? ¿A qué te aferrarías? Gea no sabía que un viaje a la capital para conocer a su prometido la sumergiría en una telaraña de conspira...