Convocatoria
24 del mes 2 de 1521
No importa cuánto lo piense, todavía me incomoda ver a Lucile Bright. A veces, su mirada es tan profunda que no puedo terminar de definir que hay en sus pensamientos. He escuchado que las cosas no parecen ir bien para el marqués Reuben... ¿Por eso quería el puesto de prometida para su hija?
La entrada continuaba con más preguntas que intentaban responderse a sí mismas con algunas hipótesis y se rellenaban con rumores que ella había escuchado. No era la primera vez que se había detenido sobre el nombre de la señorita Bright, ya fuera porque la molestaba o porque lo que se decía sobre ella la incomodaba, había notado que el marqués de Reuben, su hija y la familia Bright en general cobraban cierto protagonismo en las páginas del diario.
Apoyé la mano sobre las palabras en tinta vieja y suspiré antes de mirar por la ventana que daba al jardín. El saloncito estaba silencioso sin la presencia de Buffy y las demás doncellas no se atrevían a perturbarme o entrar sin que yo las llamara.
—Ya casi debería ser hora de que vuelva —murmuré y aprecié la columna de luz que se formaba cerca de mis pies.
Cerré los ojos y golpeé un par de veces las hojas de pergamino grueso bajo mis dedos y pensé en lo tranquilo que se sentía todo desde que desistido de ir a los Juegos de Rosa.
Este era el séptimo día de los juegos, pero solo era obligatorio asistir a uno de ellos. Me había forzado a ir dos días más solo para ver si podía obtener alguna pista sobre quién era el que extorsionaba al marqués, pero la marquesa era impenetrable y su hija poco habladora, lo que era decir mucho, si consideraba que yo tampoco lo era.
No quería desperdiciar más mi tiempo ni arriesgarme a ser el blanco de juego de la reina, quien siempre parecía sonreír como una flor blanca, aunque escondiera un cuchillo detrás. Sufrir voluntariamente nunca había sido mi pasatiempo, por lo que anulé esta via de información y opté por otra.
Si no podía conseguir pistas de las damas, estaba segura de que sus doncellas no serían iguales; por tanto, le había encomendado a Buffy que se acercara a las doncellas de la marquesa y su hija. Estaba segura de que con la personalidad alegre de la pelirroja no tardaría mucho en trabar cierta amistad; la prueba de ello era que había logrado sonsacarles el momento en que descansaban y en el que solían ir al mercado. Era por esto, también, que había asistido dos días más a esa tortura de evento; quería darle la oportunidad de interactuar.
Abrí de nuevo los ojos y me cubrí la boca cuando sentí que no podía reprimir un bostezo. Mi cuerpo se sentía somnoliento por la quietud y la calidez que envolvía la habitación; no había hecho gran cosa, a decir verdad, era nada lo que hacía en comparación a cuando estaba en casa, pero mi mente estaba mucho más acelerada. Me sentía agotada de pensar.
Quería resolver con rapidez la información sobre el marqués y reunirme con Killian, porque así estuviera errada, necesitaba confirmar que la familia Bright no estaba involucrada en el asesinato del príncipe.
«¿Pero no lo esta?»
Había recorrido de arriba a abajo el diario en busca de más datos que estuvieran relacionados a ellos, pero aparte de ciertos rumores y pequeños detalles, no pude reunir nada más; estaba claro que no había nada concluyente y ahora mismo, aunque había instruido a Buffy y Daisy que prestaran atención a cualquier cosa que pudiera oír, solo me quedaba la amarga sensación de que había algo que no estaba viendo.
—Quizás porque ella sospechaba un poco. —El problema era que, hacia el final del diario, las entradas eran vagas, confusas, llenas de palabras sueltas; era imposible determinar qué de todo lo que se decía y trataba de comprender era cierto—. E incluso si hay algo, el tiempo no coincide.
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Gea [PAUSADA]
Fantasy¿Y si te dijeran que vas a perder la cabeza? ¿Que tus padres van a morir? ¿Tus hermanos? ¿Tu prometido? ¿Qué harías? ¿A qué te aferrarías? Gea no sabía que un viaje a la capital para conocer a su prometido la sumergiría en una telaraña de conspira...