PROHIBIDO +18 [Fanfic Yizhan]

|Llamada|

{Capítulo 3}

Después de la charla con su asistente el día pasó entre pruebas de trajes y accesorios, varios videos promocionales para Gucci y una que otra sección de fotos, además de anuncios y publicaciones en su Weibo. No descansó ni un solo momento, no permitió que sus emociones lo influenciaran ni que sus pensamientos se desviaran del trabajo.

Al llegar la noche, tomó un baño relajante ya en su departamento y se acostó en la cama con Nut a su lado, tal vez buscando de esta manera apagar sus sentimientos y los reproches hacía él mismo.

Su hija gatuna maullaba un poco más alto de lo normal, reclamándole lo que le estaba haciendo a su otro papá. Estaba tan a la defensiva que ni siquiera dejó que la abrazara y se escabulló de sus brazos, observando la mirada curiosa provocada por sus acciones exclamó su característico miau y salió indignada de la habitación. «Ni ella apoya lo que estoy haciendo»

El dolor de cabeza incrementaba al dar vueltas y vueltas entre las sábanas y no poder conciliar el sueño, sentía esta incomodidad en su pecho cada vez más profunda y latente desde que aceptó pasear por la alfombra de los premios con Yang Zi, cosa que no debía, porque dejar que el rumor del "noviazgo" entre los dos se difundiera era un asunto, y caminar con ella tomados de la mano delante de todos: era otro asunto.

«Quería reservar ese momento para él, teniendo la fe de que algún día las normas de nuestro país cambiarían y podríamos estar en el mismo sitio sin que fuera un problema» —pensó intranquilo.

—Debo dormir y dejar de analizar tanto las cosas.

Sin embargo, esto no fue posible, trataba y trataba, pero volvía al mismo punto sin retorno. No lo logró hasta muy entrada la madrugada, así que cuando llegó temprano a su estudio lo primero que vieron los estilistas y su asistente fueron las ojeras bajo sus ojos, mismas que se encargaron de tapar con maquillaje. El notable cansancio de su jefe era evidente, pero, a pesar de todo Xiao Zhan era un profesional, por más agotado que su cuerpo o mente pudieran encontrarse él seguiría tratando de dar lo mejor de él mismo.

—Listo. —le avisaron.

El sutil maquillaje había borrado cualquier línea de cansancio en su rostro y había resaltado más todavía su gran atractivo. Los pantalones finos negros dejaban apreciar sus largas piernas y remarcaban su diminuta cintura, mostrando la figura esplendida que poseía. Las horas en el gimnasio habían logrado que sus músculos se definieran más y no fuera un chico tan escuálido a la vista. El vestuario en sí tenía detalles interesantes, pues se conformaba de una camisa blanca, un pañuelo rojo amarrado en el cuello que hacía que esa parte de su cuerpo también destacara, y un blazer del mismo color con finos detalles en negro.

Tenía untado un poco de pintalabios hidratante, por lo que sus labios lucían un poco más rojos de lo normal. Sus ojos rasgados estaban apagados, aunque quitó toda atención de ellos cuando esbozó una fingida sonrisa, deleitando a sus empleados.

—Muchas gracias a todos. —al levantarse mostró su agradecimiento con una usual reverencia.

—Gracias a usted señor Xiao. —la capitana, por así decirlo, del equipo de maquillaje, peinado y vestuario se despidió luego de lo antes dicho, claramente muy contenta por el resultado obtenido.

—No hay nada que agradecer.

Mei-yin, su secretaria, se acercó a él y le comunicó todo lo correspondiente a la premiación. Xiao Zhan pasó las manos ansiosamente por su cabello que se encontraba más largo de lo normal y esperó a que la camioneta llegara. Saludó cordialmente a uno de sus guardaespaldas y se subió al vehículo de inmediato.