Dear Ari.

Feliz.

-Cielo, deja eso. Te va a hacer mal. -dijo mi novia mientras me quitaba la caja que tenía en manos, a lo cual respondí con un puchero y una mirada de cachorrito recién regañado.

-Pero... pero también quiero ayudar, no es justo que cargues con todo sola. Además son mis cosas, Abi. -respondí acercándome a ella para tomar la caja, ella se alejó y empezó a caminar hacia mi set-up.
Desde que volvimos al depa, ella me ha estado cuidando mucho estos días, supuse que era porque estaba preocupada y en parte, porque mi mamá se había acercado varias veces a ella a decirle que me cuide bien cada vez que iba a visitarme a casa de mis padres. Apreciaba mucho eso, era lindo que se preocupe así por mi.

Ella me había demostrado que realmente podíamos hacer funcionar esto, me había demostrado que había cambiado y que me amaba.

No todo quedó en un "Perdón"

Ella realmente puso de su parte.

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Mientras arreglábamos un par de cosas en mi set-up, ella se dedicó a no solo ordenar las cosas, sino también a estar al pendiente de que yo no hiciera alguna pendejada. 

-Sam, ¿Ya tienes hambre, bonita? -preguntó

Se acercó a mi mirándome con una pequeña sonrisa en los labios, abrazándome por la cintura en cuánto estuvo frente a mi. 

Después de tanto tiempo, después de haber pasado tanto tiempo juntas, después de haber escondido nuestros sentimientos la una por la otra, haberla cagado unas cuantas veces. 

Estábamos juntas y estábamos bien.

Estaba enamorada y feliz, sabía que ella sentía lo mismo. 

-Te amo. -susurró sosteniéndome con delicadeza. 

Rodeé su cuello con mis brazos, cerrando los ojos al sentirla cerca de mi.

-Te amo, Abi.