mansión

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El día que sería mi vista a la casa de los Garrens había llegado, la señora Flecher me prestó un vestido de su nieta que era de color rosado y aunque era bastante sensillo era mejor que remeras viejas y pantalones gastados.

Me fuí a bañar en el río cerca de casa bastante temprano y después regresé con el vestido puesto, ingresé a casa y mi padre me observó con el cabello húmedo, hablé antes de que me llamara la atención.

_ Estamos en primavera papá, el agua del río es agradable_

_ Aún así puedes engriparte _

Fué por una toalla seca para terminar de secarme el cabello y después me ayudo a terminar de estar lista, solo planeaba dejar mi cabello suelto pero mi padre se acercó con una cinta de mi madre de color amarilla.

_ ¿Una trenza?_

Empezó a peinar mi cabello hasta que colocó el lazo al final en un pequeño moño para terminar la trenza.

_ A tu madre siempre le gustó hacerse este tipo de peinados en el cabello_

_ Es la cinta que le regalaste para su cumpleaños ¿no?_

_ Así es, espero te de suerte y lleves algo de ella en este día_

Supongo que seré yo quien tenga la entrevista de trabajo después de todo.

Mi padre se ofreció a acompañarnos pero Tomas le aseguro que sería mi niñero mientras esté en lo de los Garrens, aunque no parece muy feliz por eso, una vez que subimos al carruaje hablé con Tomás.

_ Creí que el anciano se ofrecería a escoltarme_

Los ojos verdes de Tomás mostraron su disgusto dentro del carruaje_

_ La señora llama al general por su nombre porque es un amigo de la familia, pero tú no puedes insultar al general y no es anciano, es Samuel Enkris para tí Dinai. No vallas a hacer nada extraño y no te pongas a pelear con nadie en la mansión_

_ No voy a ir pelear, voy a ir a jugar _ Mostré mi cara de angel pero ni siquiera Tomas lo creía y sinceramente estaba bien, después de eso apoyé mi espalda contra el respaldar _ Pero tampoco pienso fingir, no es lo mío y es mejor dejar las cosas claras desde un principio para evitarnos los disgustos a futuro _

Tomas no mencionó nada y después se regresó para mirar a través de la ventana, realmente creí que me llamaría la atención o me lanzaría otra advertencia, pero no dijo nada más.

Sentía que podría meterme en una historia que desconocía, es decir había una maldición en todo eso y la señora Flecher me contó sobre la maldición como si me estuviera contando una historia de terror, sinceramente no me pareció la gran cosa.

Una maldición que hace ver horrible al propietario y a los descendientes de esa persona dándole la misma fuerza que a una bestia, era el precio que se debía pagar. La maldición recayó sobre los Garrens ya que uno de sus antepasados fué la pareja de una gran hechicera y este la engañó con otras mujeres, pero cuando obtuvo un heredero de una de sus amantes decidió dejar a su mujer por su amante y casarse con la noble que le daría un hijo para mantener el honor y linaje de la familia.
La muerte le sabía a algo bastante simple a esa mujer por la traición que ese hombre había cometido, así que, ¿que mejor que una maldición?, una que hiciera que las mujeres vieran lo que ella en realidad veía en ese hombre. No quería entregarle nada a cambió de esa horrible apariencia, pero ella no podía modificar la maldición a su gusto solo debía cumplir con el sello mágico antiguo si quería que su amante tuviera tal maldición encima.

Le dijo que él obtendría todo lo que siempre quiso, una gran fuerza y habilidades mágicas que pasarían de generación en generación entre los hombres de la familia, después de todo era lo que querían de ella por ser una de las mejores magas del reino, si era lo único que quería entonces se lo daría a través de esa maldición y el precio para romperla sería el amor de una santa, que era el nombre que se les daba a las hechiceras en esos territorios.

Al parecer el precio de la maldición exigía mucho más de lo que ella pudo imaginarse y la misma maldición la consumió delante de ese hombre cuando terminó de colocarla y murió , él se transformó en una bestia y la mujer que le daría un heredero quiso abandonarlo por lo horrible que se veía, él había jurado que la amaba pero en ese momento pudo ver que eso a ella no le importaba y mencionó que nunca tendría un hijo de esa mosustrosa creatura, tubo que encerrarla y después de que su hijo nació se suicidó cuando encontró la oportunidad.

Una historia triste y todos pagaron un precio que ninguno de ellos se había imaginado, incluso la mujer que había colocado la maldición quería vengarse pero al final no obtuvo lo que quería, la maldición le quitó la mágia de su cuerpo y se la entregó a su amante, al final nadie ganó nada de eso.

Realmente sonaba a qué era parte de una historia o novela de mi vida anterior y eso me hizo pensar en que los amigos de los protagonistas eran los primeros en morir y no es algo que me incentivará mucho, pero tampoco me gusta guiarme por suposiciones de ese tipo, así que acepte la invitación.

Un cielo celeste con algunas nubes blancas y brindando un clima agradable para todo el mundo al igual que para las flores de las plantas a nuestro alrededor.

Bajamos del carruaje y me quedé contemplando la inmensa mansión, hacía rato que estaba pegada de la puerta del carruaje admirando el inmenso jardín cuando pasamos las puertas principales.
Esa imagen parecia sacado de un cuento de hadas y su hada se acercaba con su hijo con la maldición hereditaria a su lado. Tomás se inclinó ante la familia y la condesa mostró una sonrisa al verme bajar del carruaje, hice una reverencia.

_ Gracias por la invitación condesa... _ ¿qué más debía decir?

_ Bienvenida Diani, espero que hayas tenido un agradable viaje. Veo que te has esforzado en aprender la etiqueta _

_ Tuve un agradable viaje condesa y sinceramente no aprendí mucho pero me seguiré esforzado_

Solo quería jugar un rato con su hijo y el aprendizaje de la etiqueta no me gustó mucho y menos recibir bastonazos solo porque hacia algo mal y las advertencias de la señora Flecher de que si me equivocaba me cortarían las manos fué lo que menos me gusto.
El precio por algunas galletas y algo de té me estaba pareciendo demasiado alto.

Podía ver la preocupación en el rostro de Nei y eso me llamo la atención, pero después de un momento se adelantó y él fué quien hizo una reverencia.

_ Bienvenida Dinai _

_ Hola Nei, gracias por invitarme a tomar el té y comer galletas _

Asíntio y bajó la mirada preocupado mientras juntaba sus manos, se suponía que nos divertiriamos o esto sería una reunión de niños para que se convirtieran en amigos, pero parece que no es tan simple como me había imaginado. Incluso su madre parece demasiado ansiosa por este día, brilla más de lo normal y cuando ingresamos a la mansión acompañados del mayordomo pude sentir la mirada de los sirvientes una sonrisa superficial que en realidad era de desagrado y cuando la condesa no estaba mirando perdían la amabilidad en su rostro.

Después de todo nada sería tan fácil como imaginé.

Mi dulce maldición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora