Descanso

16 1 0
                                    

Nei cerró la puerta después de enviar a Kail a su habitación para que se acomodara y para que nosostros pudiéramos seguir hablando, se regresó en mi dirección.

_ Muéstrame tus heridas Dinai y quiero la versión larga de la historia está vez_

Parece un poco molesto, pero también se que está preocupado.

Se muy bien que hay un límite en lo que uno puede hacer por los demás en este mundo, más con las clases sociales tan marcadas y con diferencias de derechos y justicia ante la sociedad. A veces pasar esos límites ponen a uno en peligro y en esta sociedad, ser un plebeyo es un límite bastante claro para muchos y una buena acción a veces solo puede llevar a qué las cosas empeoren delante de un noble.

Muchas veces la lógica pierde el sentido entre los nobles y si dicen que eres insolente eso es suficiente para que te castiguen por ser un plebeyo, pero se trataba del baron y dudaba que hubiera llegado tan lejos en los negocios solo usando esa escusa barata, creí que podría razonar con él.

De última solo debí decirles que le había regalado las joyas a Kail si insistía, de cualquier forma no podía manejar toda la situación y la misma se me escapó de las manos.

Nei extendió la mano para que le entregará algo y se muy bien que es la herida en mi brazo, extendí mi brazo izquierdo en su dirección y vió que se veía algo de la venda  bajo el puño de la manga, junto a una pequeña mancha de sangre cerca de los botones, parecía que estuviera viendo algo terrible.

Su tacto es el de siempre, sus gestos, su voz, pero la imágen es diferente, es atrapante y me da miedo. Está vez no deje que mirara todo lo que quisiera al igual que yo dejé de recorrerlo con la mirada en secreto, solo saque mi brazo de sus manos y me regresé en dirección al sillón, quería escapar de esa situación de esos ojos azules.

_ Solo son dos moretones y un pequeño tajo en el brazo, están con una venda y un medicamento para la inflamación.
Aunque las cosas terminaron en un enfrentamiento esa no era mi intención, intenté hablar correctamente en un principio pero me moleste al final_

Me miró molesto como si no hubiera terminado.

_ ¿A dónde está el otro golpe?_ dijiste dos.

Levanté la pollera desde el sillón un poco para que viera la venda en mi pierna derecha que estaba sujetando mi empeine, claramente ese golpe me lo hice sóla al patear a ese hombre.

Nei aún mantenía la mirada preocupada y se muy bien que me trata como si fuera de cristal, le molesta que me meta en problemas y salga lastimada, pero hace mucho dejó de quejarse por eso aunque sigue haciendo las mismas expresiones cuando me lastimo, como si fuera su culpa o si se arrepintiera de algo.

Él no me quiere de la forma en la que muchos piensan, solo sigue sintiendo culpa por haberme arrastrado a su lado cuando yo decidí quedarme a su lado por mi propia desicion.

_ Te contaré todo Nei así que ya deja de poner esa cara_

_ ¿Qué cara?_

Como si te arrepintieras de que esté a tú lado, me molesté.

_ Como si te culparas de lo que sucedió _

Ahora él mostró su disgusto y me sorprendió.

_ Es tú culpa Dinai, si fuera por mí te encerraría para que dejaras de hacer tonterías que te pongan en peligro, se que quieres ayudar a esa persona pero eres capaz de salir lastimada para obtener lo que quieres en ese mismo momento. Pudiste venir por mí y yo lo habría solucionado, pero aún quieres hacer las cosas por tú cuenta _

_..._

Me sonroje, pero eso sonaba... enfermo. Pero también tenía razón en que pudimos tomarnos un momento para solucionar las cosas, es solo que aún recuerdo la mirada de Kail perdiendo las ganas de vivir y eso me desespero. Bajé la mirada un poco avergonzada...

Mi dulce maldición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora