Noche

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Pude ver cómo el segundo príncipe se acercó a la santa que parecía un poco angustiada al haber sido abandonada en medio del salón, el segundo príncipe no estaba muy lejos así que parecia que era su turno de tomar el segundo baile ya que no había asistido con una compañera, se inclinó de una forma amable para invitarla, a lo cual ella asintió con una sonrisa y las mejillas sonrojadas.

Parecía que el segundo príncipe no estaba de adorno o lejos por cualquier situación y alcanzó a evitar que la situación fuera incómoda para ella, al parecer conocía a Nei y lo tonto que podía llegar a ser.

Aún así, no todo estaba resuelto, Nei llegó a nosotros y me incline para saludarlo al igual que el baron quién fué el primero en saludar.

_ Buenas noches joven Garrens, felicitaciones por haber destruido la maldición _

_ Si, gracias baron _

Y como si ya todo hubiera terminado Nei se adelantó en mi dirección, me aguanté el disgusto y empecé a darle señales de humo para que desaparezca con el abanico, una señal que no quería aceptar y habló con una sonrisa sin darle importancia a mis mensajes, muchos a nuestro alrededor se sorprendieron al verlo sonreir ya que hasta ese momento parecía bastante serio y reservado.
Pese a que trataba de mantener la calma por dentro y la sonrisa a la fuerza en mi rostro quería llamarle la atención y borrarle esa tonta sonrisa.

_ Señorita Dinai parece que aún no la han invitado a bailar_

No sirvió de nada pedirle que se comporte, recién terminó el primer baile y vino corriendo para el segundo. Moví el abanico sutilmente sobre mi rostro para indicarle que ya tenía pareja.
Poco le importo mi segundo intento y empezó a inclinar su cuerpo hacía delante para extender su mano, al final se molestó al sentir que no recibió mi mano si no más bien mi abanico, mostré una gran sonrisa en respuesta.

_ Es un honor que se haga cargo de tal molestia su excelencia, ahora podré bailar con mi pareja como acaba de mencionar sin ningún inconveniente _

_..._

Con la misma sonrisa de siempre el barón extendió su mano.

_ Si nos permite joven Garrens _

Tomé la mano del baron sin dudar y caminamos a la pista de baile para seguir con el segundo tema de la noche al igual que muchas otras parejas, podía sentir la mirada de ese tonto por detras como si quisiera perforarme el cráneo.
Se supone que el primer baile es con quién llegas al salón y ese idiota quería correr en mi dirección para impedir que bailará con el baron, ¿quería dejarnos en ridículo a todos?, sinceramente me alegra que se él único que no se salió con la suya. El principe salvó a la santa pidiendo el segundo baile y yo pude mantener la tradición del primer baile con mi pareja.

Siempre estábamos juntos enfrentandonos contra los problemas de la sociedad, pero ahora siento que debo enfrentarme con él también y eso que la noche apenas empezaba.

Perdí el abanico, pude ver como se rompía a la mitad en su mano mientras bailaba con el barón y no muy lejos el príncipe heredero y la santa parecían disfrutar de su baile mientras todas las miradas estaban en su dirección lo que me permitió disfrutar de la falta de atención y el bonito tema que estaba sonando, terminamos de bailar y volvimos a un lado de la pista de baile y de regreso a la realidad.
Busque a Nei con la mirada y pude ver de qué trataba de pasar entre las personas en nuestra dirección, es la primera vez en su vida que ni haciendo cara de disgusto podría pasar entre ellos, está molesto pero puedo darme cuenta que en realidad se siente un poco asfixiado con esas personas a su alrededor. Estoy segura de que le hubiera gustado de que las personas se alejarán como siempre lo hacían y lo dejarán en paz, su apodo por la maldición fué la Bestia de Clemont por años y sinceramente parecía que quería seguir siendolo si ponía esa mirada llena de molestia y disgusto, muy pocos se alejaron ante la amenaza de ese hermoso rostro pero las mujeres parecían querer arriesgarse a ser mordidas.

Mi dulce maldición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora