principe

27 3 0
                                    

Salí al jardín de la mansión y fuí cerca del estanque,  miré unos pequeños narcisos blancos y recordé el rostro engreído de Nei pese a su apariencia.

_ Se parecen a él _

Y aunque nadie pudiera ver lo hermosos que era, él me lo recordaba todo el tiempo y sus padres no hacían más que apoyar a su hijo narcisista cuando hablaba.
No recuerdo protagonistas tan narcisistas en las historias y si esto fuera una historia Nei debería ser el octavo protagonista estando a punto de encontrarse con una hermosa mujer que rompa su maldicion y seguramente el príncipe heredero debería ser su rival en el amor o protagonista principal, probablemente Frank Lares sería otro candidato, un hombre de negocios y diamantes.

Nei no se lleva muy bien con el segundo príncipe aunque sabe que es una buena persona, aún recuerdo una vez se acercó al príncipe en el instituto y trató de competir con su sonrisa, todo el mundo se alejó de ese lugar porque parecía que ese tonto acababa de matar a alguien en un callejón. Metí la cara dentro del libro de clases cuando ví eso y al final no pude evitar reírme, Nei se molestó al descubrirme.

"Ríete, pero cuando está maldición se rompa quiero verte reir de nuevo"

"Me reiré de nuevo si te comportas como un niño Nei" ¿por qué compite con el príncipe?

"Ya verás"

"(Espero verlo)"

Estaba casi como un tomate por la vergüenza, pero nadie podía verlo como yo lo hacía, mientras los poco que quedaron creía que Nei me mataría yo sabía que solo era un tonto.
No todo era malo, ese recuerdo me había robado una sonrisa de los labios mientras me tomaba un descanso.
Apenas ha pasado una semana y sinceramente ya extraño a los Garrens, después de todo cuando estábamos entre nosotros en la mansión y lejos de todos parecía que no había ninguna maldición que destruir.

Había paz y tranquilidad dentro del caos que producía la maldición, habían risas y sonrisas.

Ya había mandado mi carta de disculpas al final, espero que todos regresen a salvo.

Me recosté bajo un árbol y continúe con mi lectura hasta que me adormeci, una cálida sensación sobre mis mejillas comenzó a despertarme. Me estaba despertando pude ver un par de ojos celestes observandome y aunque veía algo borroso porque mi vista no se habían acomodado del todo sabía quién era, ¿ya habían regresado?

_ ¿Nei?_

me fregue un poco los ojos y cuando volví a verlo me dí cuenta que me había equivocado, solo había un hermoso joven de cabello plateado y ojos azules, quizás era algún familiar de los Garrens, Nei me había mencionado que tenía primos pero nunca los había conciso, se parecía pero no era Nei, me ergui para aparentar que hacía un segundo no estaba seguramente babeando o roncando bajo el árbol del cerezo.

_ Lo siento creí que era alguien más_

Delante mío había un joven hermoso y me avergoncé bajando la mirada, es decir me daban vergüenza esa clase de hombres, se acercó un paso y yo retrocedí otro, un poquito de miedo también, volví a hablar.

_ Disculpe, si se perdió puede regresar por ese camino a la mansión de los Garrens _

Apunte con el dedo en la dirección correcta aún manteniendo la cabeza baja por si se trataba de algún noble importante.

_ Ves a un hombre hermoso, te avergüenzas y lo hechas como a un perro Dinai_

Su voz...

_ ¿Nei?_

Sonrió hermosamente y extendió los brazos cómo mostrándose  así mismo, era él pero a la vez era completamente diferente, un cuerpo entrenado y casi... perfecto en todos los sentidos con esa sonrisa, su mirada engreída le quitó uno o dos puntos pero me costaba creer que fuera la misma persona siendo que llevaba los mismos ojos azules y cabello blanquecino, parecia que aún tenía la seriedad en sus ojos que tenía antes, supongo que eso tampoco era parte de la maldicion.

Mi dulce maldición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora