II

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El día de ayer, lunes, nuestro querido albino tuvo acción junto a su equipo, le gustaba eso, la adrenalina del momento mientras aparenta tener el control en todo momento de la situación, en otras palabras, esa sensación es su droga favorita.

Sin embargo, después del momento del drama viene la parte aburrida: el informe de la pelea.

Como es de costumbre Lincoln fue el primero en terminar su informe, y no era porque fuera un holgazán que entrega una hoja llena de errores para irse a su casa a hacer lo que quisiera como Dios mandara, sabemos que nuestro albino es todo lo contrario a eso, es porque siempre se le ha dado bien el papeleo, es el único en su equipo al que todavía Albert no regaña por nada.

Satisfecho por su informe recién escrito, Lincoln lo imprime y se dirige a la oficina de Wesker, rodeándose con las miradas de envidia y aburrimiento de sus compañeros.

Chris: No es una competencia hijo, ¿Lo sabes?

Lincoln: Por supuesto que lo sé Chris, lo que no entiendo es por qué les cuesta tanto -Responde en un tono burlesco.

Barry: Yo entrené para mascar chicle y patear culos, no para relatar toda la mierda que hice durante una misión donde no jalé el gatillo más de dos veces -Se queja molesto.

Joseph: ¡Espera Lincoln! ¿Por qué no nos terminas de contar tu historia? Ya sabes, para matar el aburrimiento mientras terminamos nuestros informes.

Jill: ¡Es cierto! Nos debes el final de tu historia Lincoln -Dice Jill emocionada.

Lincoln: -Volviendo a su asiento- Bien, como les iba diciendo, mis padres eran unos indeseables de mierda y para mí todo era negro, pero todo cambió cuando cumplí los nueve años...

Hace 17 años...

En la esquina del comedor de la primaria se hallaba nuestro pobre albino, triste, amargado, solo...

Y todo era porque ese día era su cumpleaños, pero como no tenía amigos ni unos buenos padres nadie se acordó de él, era una pesadilla, todo el mundo feliz al rededor suyo, jugando y riendo a carcajadas, sentía envidia y tristeza, ¿Por qué nadie lo quería? Siempre intentaba ser amigable cuando tenía la oportunidad, pero a nadie parecía importarle eso.

Suspiró, era lo que había, se juzgaba a sí mismo por ser tan tímido, ¿Por qué dejaba que todos lo pasaran a llevar? Tal vez su padre tenía razón, tal vez era un simple y llanamente un marica. Ese y un montón de pensamientos más acosaban su subconsciente.

Sin previo aviso, una chica se le acercó y se sentó al frente de él, Lincoln levantó la cabeza para verla, parecía ser asiática, tenía un cabello castaño, largo y hermoso.

???: ¡Hola! -Saluda un poco tímida.

Lincoln: Ah...

Por más que quisiera, a Lincoln se le imposibilitaba soltar una sola palabra, de repente había dejado todos sus pensamientos negativos, pues no podía evitar admirar la belleza de la joven.

???: Am... ¿Ocurre algo?

Lincoln: -Recuperando el sentido- ¡No, no, para nada! -Responde más nervioso.

Sid: Okey... Yo soy Sid Chang, mucho gusto -Dice extendiendo la mano y con una bella sonrisa en el rostro.

Lincoln: Y-yo soy Lincoln Loud -Corresponde con dificultad.

Sid: ¿Qué haces aquí tan solo Lincoln? -Pregunta curiosa-.

Lincoln: Bu-bueno, es que yo... -Se rasca la cabeza para buscar una excusa, aunque fuese una mentira-.

(TLH/RE) ¿Un hermano mayor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora