𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 ll Spreen

12. Argentina

Faltaban dos semanas para la TwichCon y aunque le prometí a Ivan que iría la próxima semana, ahora mismo me encontraba en un vuelo para Argentina.

Planeaba quedarme las dos semanas antes del evento y luego de que terminará la convención regresar a México. Prácticamente estaría con mi chico unas tres semanas o menos.

El vuelo había sido largo, pero definitivamente había valido la pena.

El avión descendía, la ciudad se veía más cercana y los edificios se volvían más grandes cuando más nos acercábamos.

Eran alrededor de las cinco de la tarde o eso calculaba en mi mente.

La gente bajaba en orden y lo primero que hice al estar en los pasillos fue prender mi celular para llamar a Carre.

Fui directamente a retirar mi maleta y mientras esperaba a que aparecía llame al argentino, tenía varias llamadas y mensajes de Ivan, pero lo ignoré.

Lo último que le había dicho era que lo extrañaba, pero ahí quedó sin ninguna otra explicación.

El teléfono sonó tres veces cuando atendió.

—Juls, ¿Ya llegaste?

—Sí, acabo de bajar de avión y vine a buscar mi maleta.

—Listo, justo estaba retirando lo que me pediste, llego en unos diez.

—De acuerdo, aun no sé cuánto tarde aquí, espero no te moleste esperar.

—No, nada que ver, posta, no hay problema.

—Bien, nos vemos al rato, Adiós.

—Adiós.

Cerré la llamada.

La impaciencia me mataba, casi veinte minutos y mi maleta al fin salió, la tomé y salí por fin.

—¡Juls! — escuche mi nombre la distancia.

Recorrí mi mirada por las personas, hasta que vi a un chico castaño, un poco más bajo que yo con sus manos al aire llamando mi atención.

—¡Juls! — volvió a gritar.

Me acerqué con una sonrisa.

—¡Rodri!

Lo abracé inmediatamente soltando mi maleta.

—Al fin boluda — murmuro y reí separándome.

—Perdón por demorar, mi maleta no aparecía.

—No pasa nada, vamos.

El chico tomo mi maleta y salimos juntos del aeropuerto.

Caminamos un par de minutos hasta que llegamos al que suponía que era su auto, ingresamos y se puso en marcha no sin antes colocarnos los cinturones de seguridad.

—Ivan me ha hablado de vos todo el día, esta re preocupado porque no le contestas los mensajes, lo convencí de que prendiera para que jugará un rato, me costó, pero se logró.

—Eres el mejor, Rodri — lo halague.

—Lo sé, lo sé — reí nasalmente — Le dije que iría a verlo, ahora mismo ya debe de estar en directo.

—Estoy un poco nerviosa.

—¿Por qué? — cuestionó.

—La primera vez que nos vimos fue hace varios meses y no sé, las cosas son diferentes, ya sabes.

—Sí, lo sé, pero como su mejor amigo puedo decirte que él te quiere mucho.

Sabía que sus palabras eran sinceras, quien mejor que él para contarme eso, él lo conocía mejor que yo