𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 ll Spreen

4. Primer encuentro

Me quede parada frente a la puerta de desembarque con un pequeño cartel que decía ¡Bienvenido a México, Spreen!

Eran alrededor de las seis de la tarde, llevaba casi veinte minutos parada frente a la gran puerta de vidrio con una sonrisa.

La puerta automática se abrió dejando a la vista a un gran grupo de personas.

La mayoría de la gente que estaba a mi alrededor se acercó a sus conocidos para saludarlos.

Vi un poco conmovida la escena, pero volví a lo mío, moví un poco mi cabeza para ver si lograba ver a la distancia al que próximamente en unas horas seria mi novio.

Al parecer él hacía lo mismo que yo, nuestras miradas chocaron y apenas me noto se sacó su cascarilla negra mostrándome su sonrisa.

Ambos rodeamos a la gente y me acerqué él para abrazarlo.

—¡Hola! — hablé con emoción, pero aun así pude notar el nerviosismo en mi tono de voz.

—Hola — mencionó separándose de mi con las mejillas levemente rosadas.

—Estás aquí — sonreí.

—Aquí estoy — murmuró con la misma sonrisa de antes y observándome.

—¿Qué tal tu viajé? — pregunté — ¿Te ayudo con tus maletas?

—No, tranquila.

Lo guíe hasta el estacionamiento mientras él me contaba su vuelo.

—Además había un niño que lloraba por todo — comentó.

—Parece que tuviste un mal viaje — musite con un leve puchero al sentirme culpable.

—Pero vale la pena — lo mire de reojo — Solo tengo que dormir, nada más.

Abrí la cajuela del auto y el chico metió su maleta.

Ingresamos al auto negro y empecé a conducir rumbo a mi casa.

—No creo que puedas dormir, mi mamá y mi padrastro se mueren por conocerte y lo más seguro es que Lu quiera hablar contigo — mire por el retrovisor — Estuvo todo el día preguntándome a qué hora llegabas.

El de rulos río y sonreí, era la primera vez que lo hacía reír.

—Hablando de tu familia, ¿Cómo debería de presentarme? — cuestionó y lo miré confundida.

—¿Por qué preguntas eso?

—A ver, literalmente no nos conocíamos, pero mañana seré tu novio, así que...

Entendí a lo que se refería, pero quería saber hasta qué punto llegaba así que lo miré con confusión.

—Ya sabes... debería decir, Buenas noches, soy el novio de su hija o Buenas noche, me llamo Ivan y soy el novio de su hermosa hija — no pude evitar sentirme nerviosa por sus palabras.

—Mi familia sabe que serás mi novio por un día, no tienes por qué aclarar eso — intente tranquilizarlo.

—Pero igual, ¿Qué decís o te incomoda?

—No, nada que ver, hazlo que tu creas más conveniente, lo menos que yo quiero es que tu te sientas incómodo en estos días que vas a pasar conmigo — explique.

—Entonces diré que soy tu novio — mencionó tomando una decisión final y por inercia sonreí — No me puedes negar que te emociona.

—No lo hace — mentí.

—Pues el sonrojo en tus mejillas te delata — comentó con una sonría ladina.

—Está bien, si, pero deja de hacerlo, me pones nerviosa — admití.