9. La despedida

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—Ya te tienes que ir — murmure.

Ivan se aferraba cada vez más a mi cuerpo, su cabeza descansaba en mi cuello, acaricie su espalda.

Era la despedida.

Nos separamos levemente y note su rostro lleno de tristeza, tomé su cara entre mis manos y deje un pequeño beso en sus labios

—Nos veremos pronto y ya hablamos de esto, lo tomaremos con calma — comenté acariciando sus mejillas.

—Pues ayer si nos conocimos re bien — mencionó con una sonrisa ladina y puse mi mano en su cara alejándolo — Ya, linda.

Volví a tomar mi cintura.

—Te voy a extrañar — susurró juntando su frente con la mía.

—Y yo a ti.

Volví a besar mis labios.

—Es el momento — habló alejándose y tomando su maleta.

—Es el momento — repetí con melancolía.

Nos dimos una última sonrisa y el argentino se dio vuelta, la mostró su boleto a la chica que estaba en la puerta y antes de desaparecer por aquel corredizo se dio vuelta, se despidió levantando su mano e imite su acción.

Lance un beso al aire y ese fingió agarrarlo para luego llevar su mano al pecho.

Nos miramos por última vez y se alejó dejándome sola entre esa gran multitud de gente que se desplazaba por todos los lados.








☆[...]☆








—Ya deja esa cara larga — habló Rivs moviéndome un poco.

—Ya han pasado más de nueve horas, ya debió de haber llegado, ¿Verdad? — cuestione.

—Sí, pero seguro se acostó a dormir o sigue en el aeropuerto — intento calmarme Ama.

Mire a mis tres amigas que estaban frente a mí.

Ellas entendieron perfectamente los que le quería decir y se acercaron a abrazarme, aunque Rivs solo acariciaba mi cabeza ella no sabía muy bien cómo actuar en estas situaciones y la entendía.

—¿Cómo es posible que me haya acostumbrado a él en tan poco tiempo?, lo extraño, quiero que me abracé y acaricie mi espalda con esa delicadeza que solo él sabe hacer — mencione con suma tristeza y la voz algo entre cortada por el nudo en mi garganta.

—Espera niña — Ari se alejó de mí y me miró entre enojada y pícara — ¿Qué te acaricie la espalda con delicadeza?, no me digas que... — se quedó callada.

Note como Ama abrió su boca luciendo completamente sorprendida, mientras que Rivs sólo me miraba con gracia.

—Yo la crie — murmuró la rubia con orgullo.

—Julieta, ¿Ustedes dos...

Mi teléfono sonó anunciando una llamada, Ari se vio interrumpida así que dejo de hablar.

—Es Ivan — comente al ver la pantalla de mi celular — Voy a contestar, denme unos minutos.

Me alejé del grupo de chicas a paso apresurado ingresando al baño.

Contente antes de que la llamada pasara a buzón de voz.

—Hola — salude con emoción.

—Hola hermosa — sonreí al escucharlo su voz — acabo de salir del aeropuerto y ya estoy yendo a mi departamento, solo llamaba para que supieras, ¿Vos cómo estás?

—La verdad te extraño, me junte con las chicas en la casa de Ama, al rato viene Mariana y Aldo y vamos a salir a comer, ¿Cómo estuvo tu viaje?

—Cansado — dejo salir un suspiro, escuche como sonó una puerta de auto cerrarse — Estoy con Carre.

—Hola Juls — la voz del anterior mencionado se hizo presente.

—Hola Carre, que gusto conocerte al fin, aunque sea un rato — mencione.

—Nah, no te preocupes, pronto tenés que venir a visitar Argentina.

—Claro que si, ténganlo por seguro.

—Adiós Juls que Ivan ya me pide que deje de hablarte — reí.

—Adiós Carre.

—¿Juli? — escuche a Ivan de nuevo.

—Lindo.

—Decime así siempre, flaca — habló con un tono peculiar sacándome una risa.

—Gracias por llamarme, estaba preocupada — confesé.

—Extrañaba tu voz.

—Yo te extraño completamente, hasta Lu lo hace.

—¿Cómo esta él? — preguntó.

—Más animado, Filis y él están jugando — contesté.

—Salúdamelo.

—Lo haré, precioso, descansa y hablamos cuando estés en tu casa más tranquilo.

—Está bien, hermosa, intenta no divertirte mucho — se quedó callado unos segundos — Te quiero.

—Yo te quiero más, cuídate, Adiós.

—Adiós hermosa.

Aleje el teléfono con una sonrisa y corte la llamada.

Mi sonrisa desapareció, me observe en el espejo del baño, tenía puesta su gorra de The North Face.

¿Cómo había llegado a este punto?

Me había enamorado de un chico en menos de cuatro días, me acostumbre a su sentir, su piel, sus labios, su mirada, sentir su corazón acelerado cuando me abrazo por primera vez, a saber cuánto ama los Doritos, que le gusta dormir abrazando algo, ama que le hagan cariñitos en el cabello, prefiere quedarse en casa en vez de salir y que le encantaba el olor a Vainilla de mi perfume.

Ni siquiera sabía cómo recordaba todas esas cosas, pero ahora que volvía a casa se sentía tan vacío, tan solo a pesar de que no era así.

Solo unas cuantas horas desde que se fue, miraba las fotos y videos de estos días en la galería de mi celular con esperanzas de que todo lo que pasó y todo lo que prometimos se vuelva más que historia, se convierta en hecho y palabras cada sentimiento, no en algo fugaz o que simplemente no paso.

𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 ll SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora