11. El extrañar

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Casi tres meses transcurridos...

Las llamadas se habían vuelto rutinarias, ya sea de día, tarde o noche, Ivan y yo siempre teníamos tema de conversación para todo, nuestros horarios se extendían hasta altas horas de la noche sin importar nada.

Era casi una costumbre que cuando nos reuníamos con los chicos yo me encontraba en una vídeo llamada con el argentino, me volví el centro de burlas por un tiempo, pero luego se fueron acostumbrando a tenerlo presente.

La mayoría del tiempo extrañaba a Ivan, había días en donde su presencia me era más ausente, pero él siempre sabía cómo animarme.

Cada semana en cualquier día me llegaba un obsequio de él, ya sea un pedazo torta, flores, comida o a veces hasta muñequitos de lego de cualquier temática, pero cada uno de esos regalos con una carta.

Sinceramente a veces me daba miedo todo lo que llegaba a sentir por él y como él me trataba, nunca nadie se había interesado de mí en esa forma, ni mucho menos me había tratado así de lindo como aquel chico de pestañas bonitas.

Me atemorizada que todo lo hermoso que estaba viviendo junto a él se arruinará en un abrir y cerrar de ojos, es que las cosas eran así, nada duraba para siempre, pero quería vivir cada segundo a su lado hasta que esta simultánea historia se acabara.

Y si fuese así y todo terminará, creo que nunca podría superarlo, él me había marcado, lo recordaría en cada momento y sería una de las mejores etapas de mi vida.

Ivan es el chico más sensible, romántico, coqueto, divertido, alegre, cariñoso y sincero del mundo.

Hay días donde llega a decir que me extraña demasiado y es muy notable, pasa en su cama todo el día y no prende directo, por más que hablemos por llamada todos los días nos hacíamos falta, en algunas ocasiones va a visitar a sus padres para no sentirse tan solo.

Carre me ayudaba para distraerlo, es con el que más salía y de verdad lograba sacarle una sonrisa por más que estuviera estresado o agobiado por sus pensamientos.

Contaba con muchos buenos amigos, como yo.

A veces teníamos nuestros momentos más íntimos que para mí eran los mejores, realmente no tenía nada que ver con la palabra clave "Intimidad", solo que yo solía decirle así, porque se sentían de esa manera.

Solo existíamos los dos, nos quedábamos viendo por minutos sin decir nada, simplemente contemplándonos uno al otro, como ahora...

—Sos hermosa — comentó el de rulos.

Tenía un gorro negro con un buzo azul, el cual le dije alguna vez que se lo iba a robar.

Mi mano derecha sostenía mi rostro que estaba levemente inclinado, sonreí.

—Te extraño — murmure.

—Y yo a vos, más de lo que te imaginas — dejo salir un suspiro mientras se daba la vuelta hacia su computador.

Note su cambio de humor, era algo sensible cuando hablábamos de vernos.

—¿Qué te pasa? — pregunté.

—Nada, voy a prender.

Sabía que me estaba mintiendo.

—Ivan — murmure su nombre y este me miró de reojo — Dijimos que seríamos sinceros con cualquier cosa que nos molestara, debemos tenernos confianza.

El chico tomo su celular y lo puso frente a él.

—Ya ha pasado más de dos meses y prometiste que ibas a venir, sé que hablamos siempre por video llamada, pero quiero verte, no, quiero sentirte, abrazarte de nuevo, Juliet — agachó su mirada.

𝐍𝐎𝐕𝐈𝐎 𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄 ll SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora