surprise

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¿Que éramos?

Desde aquel día en el reloj gigante, no sabía que éramos Miles y yo.

Ya teníamos claro lo que sentíamos el uno por el otro, pero la definición de novios todavía no estaba en mi vocabulario.

— ¿Debería esperar a que él me lo pida? ¿Él querrá?— me pregunte a mi misma.

— ¿Qué te pida que?— Miles apareció por mis espaldas asustándome.

— ¡Nada!... no eres tú , es el maestro. No me ha pedido la tarea— dije con nerviosismo

— Ahh, pues entrégala, sabes que te pondrán una mala calificación.— me dijo y asentí.

— Si, si, luego lo hago. Bueno, ¿qué haremos hoy?— le pregunté para cambiar el tema. Casi todos los jueves* salíamos a comer o a dar unas vueltas.

—¿Quieres tener una cita romántica en McDonalds? — preguntó y reí.

— Claro — le dije — pero llega a tiempo Miles.—

Luego de la escuela, fui a casa a prepararme. Como era una cita casual, decidí ponerme algo sencillo.

— Noa, ¿él no te parece el chico más adorable y hermoso del mundo?— pregunte al gato.

Ya había crecido bastante. Descubrimos que era niño, así que decidimos llamarlo Noa. Era un nombre bonito, aunque yo quería llamarlo Jupiter.

— Miau.—

— Bueno, supongo que eso es un si.— dije mientras me terminaba de preparar.

Cuando termine por completo, decidí ir a un lugar rápido.

— Vuelvo ahora Noa.— le dije y desaparecí ante los ojitos del gatito.

La brisa cálida azoto mi cara, el sol resplandeciente, el cielo azul despejado y algunas palmas estaban delante de mi vista. Pajaritos cantando y el sonido del mar se escuchaba cerca aunque estuviera un poco lejos.

Así es, estaba en Puerto Rico.

Antes de tener cualquier cita con Miles, o antes de hacer cualquier cosa, se me hizo costumbre visitar la tumba de mamá y papá.

Por alguna razón, enterraron a mamá en Puerto Rico y junto a ella, a papá. Nunca supe el por qué, pero supuse que así lo habían decidido antes de morir.

Llegue al cementerio y me senté a un lado de las lápidas. Luego de un rato, sentí un llamado...

— ¿______?— me asuste y rápidamente me escondí.

— ¿Quien es? — pregunte asustada

Soy tu tía, la hermana de Gloria. — dijo y me asomé para ver la cara de la mujer. La vi y me parecía mucho a ella.

— ¿Tienes pruebas?— pregunte y ella asintio.

— ¿Me acompañas?— pregunto pero negué.

— No correré riesgo.— dije

— Te entiendo. Bueno, sentémonos aquí, te contaré una historia.— dijo con una sonrisa que me inspiro confianza. Se sentó a un lado de la lápida de mamá y yo me senté al otro extremo. 

One Day || Miles Morales || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora