Amelia es una escritora que ha perdido mucho. Carlos es un empresario que cree tenerlo todo, pero que puede perder lo más importante si no reacciona.
Cuando la escritora se cruce en su camino, tendrá que decidir si aceptar lo que ella tiene para en...
CHICAS, LAMENTO NO HABER ACTUALIZADOOOO. Qué vergüenza, es que se me pasó por completo todos estos días T_T Por favor, no dejen de votar y comentar. Les subiré 4 capítulos por los días que no actualicé y ya solo quedan 3 partes para el final. ¡Las quiero mucho!
ADVERTENCIA: Este capítulo habla sobre el suicidio. Leer bajo precaución y, si es necesario, en compañía. Seamos lectores responsables. Cuiden su salud mental y si necesitan ayuda, recuerden llamar a los números pertinentes de sus países.
Igual les he dejado un breve resumen en la nota final de lo que sucede después de que Carlos y Amelia se adentran en el carro. A partir de allí pueden dejar de leer si no pueden con la lectura. ¡Cuídense mucho! ¡Las quiero!
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Amelia
2 meses después...
No sé cómo resumir lo que sucedió después del aniversario. Había pensado que mi primera mudanza para vivir con Carlos había sido pesada, pero ahora que teníamos que mover las cosas de 4 personas y contar las nuevas de Sunny, la mudanza al nuevo apartamento le ganó por muchos puntos.
Además, tuvimos que vender y regalar algunas cosas que no iban a caber en el nuevo apartamento, pero que tampoco iban a ser de suma utilidad en nuestras vidas. Luego de ello, nos pusimos manos a la obra para diseñar la nueva estructura del local de Carlos.
El edificio es pequeño, de tres pisos apenas siendo el último donde se encuentra la oficina. Así que tuvimos que dividir los dos primeros pisos muy bien para que pudieran convivir las distintas secciones: ropa para todas las edades, zapatería, accesorios, skincare, ferretería, electrodomésticos, tecnología, decoración para el hogar, entre otros. Por supuesto, nos esmeramos muchísimo en que nuestras tiendas principales destacaran, siendo estas la tienda de ropa de Lex y los negocios de Fred. Nuestra mercancía estará regada entre las distintas secciones. En el tercer piso se unirán algunos negocios pequeños de pintura, manicure y pedicure, alfarería e incluso peluches tejidos a mano.
Todavía no hemos abierto al público, pero me alegra ver a Carlos más tranquilo, ansioso por reabrir el negocio. Las redes sociales se empezarán a manejar con estrategias publicitarias dentro de poco.
Los ladridos de Sunny me desconcentran de mis pensamientos y sonrío cuando la veo de pie frente a su plato para el agua, este se encuentra vacío y la pobre rubia tiene sed.
—Ya te lo lleno. Mira, aquí tengo la botella —le digo, acercándome a su plato para servirle la mitad del agua.
Estamos en el local, revisando y ordenando cosas de la reconstrucción del lugar. Sunny y yo estamos en la oficina, descansando un poco del ajetreo de afuera.
La puerta se abre y Carlos entra, sonriendo con diversión al encontrar mi escondite.
—Sunny subió hasta acá, tenía sed —me excuso y él mira en dirección a la perra, que se acerca a él para que la alce en brazos.
