Estando solos

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Umemiya seguía de pie en la entrada, quede sorprendido, pero me recupere luego de darme cuenta que no hacía o decía algo, se veía apenado, era fácil saberlo ya que su cara se comenzó a poner roja.-

- ¿Que te pasa? - pregunté, pero no hubo respuesta, me puse de pie y comencé a caminar hacia el.- Oye...

Sin dejarme terminar me abrazo y empieza a reír, cerró la puerta al entrar por completo, me soltó un momento, pero al estar seguro que estaba cerrada la puerta me volvió a abrazar, no pude esquivarlo por la sorpresa, pero escucharlo reír me sentí relajado. Caímos al suelo, al separarnos el seguía riendo.-

- ¿De qué te ríes idiota?- dije molesto por el golpe causada por la caída.

- Discúlpame, es solo que... Dijiste Hajime, eso me hizo muy feliz.- dijo Umemiya, volteo a verme y continúo sonriendo.- Oírte decir eso me hizo volver a estar enamorado de ti.

Me sonrojé y me cubrí la cara con ambas manos, no podía o no quería creer que ese idiota había dicho eso, el hombre que estaba en la cima Hajime Umemiya decía que se había enamorado de mi... de nuevo. Nos sentamos en el suelo, Umemiya me veía, estaba muy feliz yo también pero no podía dejar que lo notara ese líder tonto, extendió su mano hacia a mí, sabía que quería hacer, pero estaba muy nervioso, lo iba a alejar hasta que vi el rostro de Umemiya apenado, fue cuando me di cuenta que estaba siendo malo con él por ser siempre una molestia, mientras me acercaba a él pensaba en que me podía permitirme ser más... cariñoso. Me acerque para abrazarlo, rodee su cuello con mis brazos y lo derribe, ya en el suelo me quede sobre él, sentía mi corazón acelerado, pero no quería quitarme.-

- T-Te quiero demasiado, n-no quiero... No quiero que me dejes de querer.- dije apenado.- Puede ser molesto... Estar conmigo y puede que no esté acostumbrado a este tipo de cosas, pero... No me imagino estar en otro lugar... No puedo imaginarme mis días sin ti.

- Tenían razón tus amigos.- dijo mientras me abrazaba.- Eres cruel.- continúo diciendo.

- ¿Que? - dije sorprendido, me levante un poco y viéndolo sonreír me sonroje aún más.

- Eres cruel al hacer que me enamore de ti todos los días.

Luego de decir algo tan cursi, me beso, me acerco por completo a él y sentí su mano acariciando mi espalda por debajo de la camisa, sabía que debía marcar el límite, pero el sentir su mano me hizo sentir débil, sin ánimo de protestar. Continuamos besándonos, al sentir que podíamos llegar más lejos me alejé un momento para tomar un respiro, al ver a Umemiya recuperar el aliento me puse de pie y me dirigí a la puerta.-

Llama a Hiiragi y dile que nos vamos temprano... Tú y yo.- dije sin voltear a verlo y acomodándome la camisa.

- No lo hará feliz ¿Sabes?.- dijo Umemiya poniéndose de pie.- No tienes que irte temprano... ¿Yo voy contigo?- pregunto confundido.

- Maldita sea! No me hagas decirlo.- dije molesto.- vamos a mi casa a continuar con esto.

No tardo en llamar a Hiiragi y decirle alguna excusa tonta, al colgar me tomo de la mano y ambos salimos de la escuela, ambos caminamos lo más rápido que pudimos, al llegar a mi casa nos detuvimos y Umemiya me tomo de la mano, me hizo voltear a verlo.-

- ¿Estás seguro?- pregunto Umemiya, acaricio mi rostro y sonrió.- No quiero que...

- Si sigues hablando harás que me arrepienta.- dije molesto.- Vamos...

Tomados de la mano subimos nos dirigimos a la entrada de mi casa, al abrir la puerta Umemiya me abrazo y al estar ambos dentro de la casa comenzamos a besarnos, Umemiya cerró la puerta detrás suya, no dejo que llegara a mi cuarto cuando comenzó a quitarse la camisa verlo sin ella me hizo sentir mucho calor, como si mi cuerpo estuviera en llamas, sin pensar claramente coloque mi mano sobre su pecho voltee a ver a Umemiya y se veía apenado, me acerque mientras mi mano por el abdomen de mi novio.-

- Vamos a tu cuarto.- dijo Umemiya.- No quiero parecer desesperado si lo hacemos aquí en la entrada.

Sonreí y tomándolo de la mano lo llevé a mi cuarto, ya no pensaba en nada claro solo quería estar con él, no podía esperar más, la idea de ir lento me comenzaba a parecer tonto.-

- Que bueno que no guarde el futón.- susurre en el oído de Umemiya.- Hajime...

Parecía que encendí algún interruptor en él, hizo que me acostara y al estar sobre mi desabrocho mi pantalón metió su mano, sentí como comenzó a jugar con mi entre pierna mientras me besaba el cuello sabía que no había manera de detenerlo cosa que me alegro, ya no me sentía como el Sakura de siempre.

Ahora somos noviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora