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Para Joaquín, el dormir era una de sus prioridades en la vida, respetaba y adoraba sus horarios de descanso, por eso, no le sorprendió que al despertar, el horario haya pasado la 1 de la tarde.

Pero si había olvidado por unos minutos en su somnolencia la ubicación y el motivo del porqué no estaba en su cómoda cama. Recordó las palabras de Emilio la noche anterior, el rizado le había dicho que debían levantarse a una hora temprana para ir a buscar a su... Bueno, a esa. Pero Joaquín se encontraba sólo en esa cama, Emilio no lo había despertado y eso, por un lado era para agradecerle, porque no hubiera sido capaz de ocultar su enojo y mal humor en otro horario.

Se sentó y se apoyó sobre la cabecera mientras se estiraba y dejaba escapar un bostezo. Su vejiga le había advertido que tendría un accidente si seguía perdiendo el tiempo y no corría al baño, así que sin perder más tiempo hizo lo que su cuerpo exigía. Minutos después ya se había duchado, cepillado sus dientes y recortado sólo un poco su barba.

Estaba terminando de ponerse sus jeans cuándo escuchó un azote provenir de la puerta principal y después unos pasos acercarse hacía dónde él estaba.

La figura del rizado pasó cómo un Flash directo al baño y dando otro fuerte azote segundos después, lo que le hizo pegar un saltito por la sorpresa.

Conociendo a Emilio, sabía que estaba furioso, lo que significaba que las cosas con Seidy no habían ido bien. Sí, Joaquín no debió alegrarse por eso, estaba siendo un mal mejor amigo, pero ¡A la mierda!.

Aún sintiendo la felicidad recorrer su organismo, pensó que Emilio necesitaría consuelo, después de todo, Joaquín estaba allí por esa razón ¿Cierto? Para sostenerlo si éste caía. Así que cómo buen mejor amigo que el castaño era, se acercó a la puerta del pequeño cuarto y tocó con dos suaves golpes. - ¿Osorio? ¿Estás bien? - musitó con cuidado.

La puerta se abrió y lo que vió no le gustó para nada, los ojos del rizado estaban rojos e hinchados, su pecho subía y bajaba con rapidez. - Emi...

- Me dijo que está enamorada de alguien más. - espetó, las cejas del castaño se alzaron hacía arriba.

¿Enamorada de alguien más? ¿Cómo podría enamorarse de otra persona estando con Emilio? ¡Pero que idiota! ¡Imbécil! ¡Desgraciada! ¡Voy a matarla!. Miles de insultos creándose en la mente del castaño, sin poder evitarlo, su rostro se puso rojo por la ira. - ¡¿ACASO ESTÁS JODIÉNDOME?! ¡¿CÓMO SE LE OCURRIÓ HACERTE ALGO ASI?! ¡EMILIO, ESA MUJER ES UNA IDIOTA! - explotó, Emilio se sorprendió ante el sorpresivo ataque que su mejor amigo estaba teniendo. El castaño no pudo conservar su impulso y comenzó a caminar por la habitación cómo un león en una jaula mientras murmuraba cosas que el rizado no podía entender. - ¿Cómo se atrevió a decirte algo así? ¿Acaso tiene una piedra en lugar de corazón?

El rizado agradeció el tener al chico junto a él en éstos momentos, su enojo se había apaciguado y ahora una dosis de ternura y cariño estaba golpeando su cuerpo entero. - yo le pedí que lo hiciera, Joaquín.

- ¡Aún así, esas cosas no se sueltan! - quejó, frunciendo el ceño. - ¿Y quién es el jodido imbécil, Huh? - preguntó poniendo sus manos en su cadera y levantando sus cejas mientras apretaba su labio inferior y daba seguidos golpecitos en el suelo con su pie. Esa posición era divertida y tierna.

- Bueno... - rascó su nuca, ¿Qué debía hacer? ¿Decirle? ¿Para qué? Pero vamos, es su mejor amigo. Además Joaquín jamás intentaría algo con ninguna chica, por eso estaba tan tranquilo respecto a lo que él haría, sabía que Joaquín jamás lo traicionaría. - ese "imbécil" eres tú, Joaquín. - suspiró.

Vió todo el proceso de shock que estaba teniendo el castaño. Su rostro palideció, dejando caer sus manos por sus costados y abrió su boca en sorpresa. Parpadeó varias veces y ladeó su cabeza. - ¿P-perdon? Creo que te escuché mal, Emilio.

Can't Stop Falling In Love // Adaptación Emiliaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora