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Maratón 3/?

- ¿Porqué quieren hablar con él? Emilio no hizo nada. - habló rápidamente el castaño tras escuchar la petición de los oficiales tomando fuertemente la mano del rizado.

- Tanto usted cómo el señor Osorio han sido testigos de lo ocurrido con su hermano, señor Bondoni. Necesitamos los testimonios de ambos. Es el protocolo.

- Pero-

- Joaco... Deja que hable con ellos, no te preocupes. - sonrió. - estaré bien.

- Emilio.. no. - el labio inferior del castaño tembló. Estaba a punto de ponerse a llorar en medio de la sala. - no es necesario. Yo diré lo que le pasó a mí hermano, él no tiene nada que ver.

- Joaquín, deja que Emilio hable. No hagas un berrinche en ésta situación, no le pasará nada malo. - ordenó su padre seriamente con voz dura.

Dándole una dura mirada al mayor de los Bondoni, Emilio no tuvo problema en besar los dulces labios de su pequeño antes de seguir a los dos oficiales por el largo pasillo.

Sintió una mano en su hombro antes de girar y encontrarse con la ojos de su madre tan parecidos a los suyos.
- Él estará bien, Joaco. - dijo la mujer. - no sabía que estabas saliendo con Emilio.

- No es oficial. - respondió. Fué abrazado por los cálidos brazos de su madre. - tengo miedo, mami.

- No tienes que tener miedo, hijo. Tu hermano se pondrá bien, lo sé.

Y Joaquín creyó que su madre no podía estar más equivocada. Él tenía miedo, sí. Pero temía que en cuánto se recuperase, su hermano lo atacara. Le rogaba a todos sus ancestros que Francisco cambiase, porque al final uno de ellos moriría y aunque ésto sonara cruel y egoísta, prefería que sea la vida de su hermano y no la suya.








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- ¿Qué fué lo que sucedió? ¿Estabas presente? ¿Fué intento de robo? ¿El joven tenía pleitos con alguien peligroso?

- Lo molieron a golpes, eso fué lo que sucedió; estaba presente, sí. No fué un intento de robo, fué un ajuste de cuentas. Y sí, tenía pleitos con alguien. - respondió tranquilamente el rizado.

- ¿Usted sabe quién ó quiénes fueron los atacantes?

- Lo sé, oficial.

- ¿Porqué no intentó llamar a un celular? ¿Dónde estaban usted y su acompañante Joaquín Bondoni en el momento del ataque?

Emilio suspiró, restregando sus ojos. - no voy a dar más declaraciones hasta que mí abogada esté presente.

- Señor le digo que-

- No soy tan imbécil, ya les he respondido más de lo que debí. Hasta que mí abogada no esté aquí no pienso abrir más la boca. ¿Está claro? - gruñó.

Can't Stop Falling In Love // Adaptación Emiliaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora