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Su órgano vital chilló de alegría y felicidad, podía sentirlo enloquecer y estaba seguro de que Emilio también podía hacerlo. Éste mismo le pedía que dejara todo atrás, quería entregarse firmemente al rizado que... ¡Alto ahí vaquero!. ¿Acaso cometerás el mismo error 2 veces? Casi morimos por la tristeza, no seas pendejo. Por lo menos hazte el difícil. Habló su conciencia.

Ambos tenían argumentos e ideales válidos, su corazón quería entregarse ciegamente al chico que por tantos años había amado y que aún lo hacía. Pero su conciencia y su razón, le decían que no lo haga, que ésto llevaría nuevas consecuencias, no quería volver a ser el niño tonto que lloriqueaba por los pasillos porque amaba ocultamente a su mejor amigo.

Joaquín sabía que debía poner una traba, no debía dejar entrar así cómo así de nuevo a la persona que tanto lo había lastimado, aún sin que el contrario no lo sabía en ese entonces. Por lo que no respondió nada, quería procesar todo ésto antes de volverse completamente loco. - uhm.. Emiloo, yo.. ¿Uh.. podrías quitarte? No puedo pensar con claridad si te tengo encima de mí. - confesó.

Su ceño se frunció, ¿Tal vez lo había dicho muy pronto?. - oh, si, si lo siento. - dijo para luego separarse y colocarse a su lado. Te estás precipitando, sólo lograrás que se aleje de tí, cálmate. Le dijo una voz en su cabeza. - uhm.. lamento lo que dije yo -

- No, no, está bien. Descuida. - mordió su labio inferior. - es sólo que.. uh... Fué sorpresivo. - encogió sus hombros mientras evadia la mirada contraria.

- No quise incomodarte, Joaco. - espetó. - Sólo.. no lo sé, fué estúpido decírtelo tan pronto. - estaba nervioso, no quería retroceder los escalones que había ganado.

- Está bien, Emilip, digo... Antes era normal decirnos ésto, fué sólo la sorpresa. - no seas tan duro con él, acaba de decirnos que nos ama ¿Porqué aún no estamos entre los brazos de nuestro amor? Esas voces lo confundían, en serio lo hacían. - uhm... Yo-

El celular del rizado, el cuál se encontraba sobre la mesa en frente de ellos fué lo que interrumpió su frase, una visible foto de éste junto a la chica castaña ocupó la pantalla. Emilio no tardó nada en tomarlo, pero la vista del castaño había sido más rápida que los movimientos de éste primero.

- ¿Hola..?.. ¿Qué le pasó qué?.. Voy de inmediato. Gracias, Janeth. - el rizado colgó.

- ¿Sucedió algo? - cuestionó una vez que el oji-café guardó su celular.

- Es María, la llevaron al hospital, se descompuso y no saben que tiene. - contó, la preocupación reflejada en su rostro. - debo irme, Joaco. - hizo una mueca. - ¿Te veo mañana, bien?

- Uh.. si, si. - aclaró su garganta. - Uhm... espero que esté bien y no sea nada grave. - agregó.

- Si, también yo lo espero, gracias. - sonrió. - adiós, Joaco bebé. - su sonrisa se ensanchó en cuánto vió el sonrojo del menor y sintió la temperatura de las mejillas ajenas cuándo besó una de ellas.

- Adios, Emi. - respondió.

El castaño se encargó de acompañarlo hasta la salida y no cerró la puerta hasta que el rizado no se perdió de su vista.




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Can't Stop Falling In Love // Adaptación Emiliaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora