Can't Stop Falling In Love // Adaptación Emiliaco

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- Entonces ¿Se fué? ¿Simplemente así? - cuestionó la ojinegra mientras picaba las verduras. - ¿Y dices que Emilio no actuó cómo un cavernícola en cuánto lo vió?

- Eso fué lo que dije, Ely. - respondió riendo mientras comía las papitas sentado en la mesa balanceando sus piernitas sobre el aire. - se sintió tal liberador, tan bien, fué un completo alivio el haber podido terminar con Jerry de la manera correcta.

- Jerry siempre ha sido un chico muy correcto y de corazón puro. - dijo. - no me esperaba menos de él.

- Es un muy buen chico. - secundó. - espero que encuentre a alguien que lo quiera y ame cómo se merece.

- Uh si... Yodiriqueyalohaencontrado - dijo atropelladamente para luego toser. - oh dios.

- ¿Qué haz dicho? - preguntó curioso.

- ¿Yo? Nada ¿Porqué lo dices? ¿Crees que podría saber algo? Pues no, estás equivocado, no puedo estar enterada de la vida de todo el mundo, digo, nadie me ha contado nada de su vida éstos últimos meses, ni siquiera tú. - acusó. - así que... Uhm.. no hay manera de que yo sepa algo acerca de Jerry y menos de Ethan. ¿Porqué nombras a Ethan? ¿Que tiene que ver él en ésto? ¡Deja de hablar y mirarme así, Bondoni! ¡Y bájate de una vez de mí mesa que me llenas de bacterias!

Joaquín sacudió la cabeza mientras intentaba entender lo que su estúpida amiga había soltado ¿Jerry y.. Ethan? ¿Que...? - Elyzabeth...

- ¡No sé nada! ¡Leima! ¡Trae tu gordo culo a la cocina y hazme la salsa! - gritó. Oh, sí. Sus nervios la habían delatado y confirmado.

- ¡Ya voy, Elyzabeth! ¡Deja de joderme! - chilló la pelinegra llegando a la cocina. - uh.. hola Joaquín. - sonrió, la pelinegra había estado durmiendo y no había estado presente cuándo el castaño llegó.

- Hola, Leima. - sonrió de vuelta bajándose de su asiento preventivo para acercarse a la pelinegra. - Leidy... Querida Leima... Mí Sánchez.. ¿Tu qué sabes de Ethan? Hace mucho no lo veo.

- Oh, ¿Ethan? - el castaño asintió. - se fué a Veracruz con Jerry. - encogió sus hombros

- ¡Leidy! - chilló la ojinegra tirándole el trapo que usaba para secarse las manos.

- Uh.. yo, digo... ¿Ethan? No, no sé nada de él, hace mucho que no lo veo, ¿Es raro no? Las cosas extrañas del universo, las personas aparecen y desaparecen, así es el ciclo de la vida, todos nacemos para morir y-

- ¡Y tú vas a morir en cuánto ponga mis manos encima tuyo, pequeña enana de jardín! - advirtió la ojinegra antes de lanzarse contra su esposa.

- ¡Oigan, paren! - gritó Joaquín riéndose en cuánto vió cómo Elyzabeth sacudía a la pelinegra mientras la tenía agarrada del cuello, pero ambas voltearon a verlo. - ¿Ethan y Jerry?

- Te juro que no es así, yo-

- Hey, está bien. - dijo el castaño. -no me molesta saber eso. - agregó. - ¿Porqué no me lo han dicho antes?

La ojinegra clavó sus ojos negros en el mayor. - bueno, es que apenas lo supe el domingo cuándo Ethan me llamó diciéndome eso para luego cortarme. - encogió sus hombros.

- Oh, qué bien. - sonrió. - me alegro mucho por ellos.

- ¿No te molesta? - cuestionó la ojinegra.

Volvió a negar. - para nada. - sonrió. - es más, espero que Ethan pueda hacerlo feliz y viceversa.

- Oh, bueno, eso es genial y muy maduro de tu parte, Joaco. - halagó la pelinegra. - ¿Ves, mí chiquita preciosa? No hay problemas. - palmeó su hombro para luego estirarse y besar sus labios. - y por haberme estrangulado harás tú sola la salsa.