Capítulo 3: Club

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Krist POV

A pesar de que era un club para mayores de dieciocho años, Mook consiguió meternos sin problemas. Yo había comenzado a rehusarme entrar, pero Gun estaba todo emocionado cuando el portero nos hizo una seña con la mano hacia adentro. Tenía que entrar para mantener a Gun lejos de los problemas.

—Deja de fruncir el ceño, Kitten. No está tan mal. Relájate. —dijo Mook mientras caminábamos hacia una de las mesas vacías.

—Mi nombre es Krist. —le informé.

—Solías ser más divertido. —murmuró.

¿Qué diablos quiere decir con eso?

Nos conocimos hace seis horas máximo. Estaba a punto de preguntarle sobre su comentario cuando un chico dio un paso frente a mí.

—Hola, hermosura. Eres nuevo aquí. Recordaría ojos como esos si los hubiera visto antes. —Dejé escapar un suspiro cansado y levanté la mirada hacia él.

—¿En serio? ¿Eso es lo mejor que tienes? —Pregunté arqueando una ceja. Su ceño confuso me molestó, así que caminé a un lado de él.

—¡Cruel! Me gusta. —Rió Mook entre dientes mientras tomábamos nuestros asientos en la mesa. Gun me agarró del brazo y tiró de mí cerca de él.

—No mires ahora, pero Jay está aquí. —susurró con entusiasmo en mi oído.

Sabía que Jay iba a otra Universidad aquí, en una ciudad cercana a nosotros, pero no esperaba encontrarme con él tan pronto, especialmente no en mi primera noche en la universidad. Comencé a mirar hacia atrás, pero Gun me apretó el brazo con fuerza.

—Te dije que no mires. Está con un chico. Están bailando muy cerca y bueno, creo que podría estar follándose a su pierna.

—¿Qué quieres beber, Kitty? —Preguntó Mook con voz burlona al decir mi nombre ya que la había corregido antes.

—Una Coca-Cola estaría bien. —dije, volviendo mi atención del agarre mortal de Gun en mi brazo hacia Mook, quien se encontraba sentada en un taburete de la barra, como si ella fuera en realidad lo suficientemente mayor para ordenar algo más que un refresco.

—¿Quieres una Coca-Cola? ¿Por qué no estoy sorprendida? —Respondió poniendo los ojos en blanco. Su mirada se movió de mí hacia algo sobre mi hombro. —Bueno, mierda. —Murmuró.

Curioso, me di la vuelta y mis ojos se encontraron con los de Jay. Él de verdad bailaba con un chico que podría estar follando su pierna. Sus manos tocaban el trasero de él y le susurraba algo en el oído, o al menos eso hacía hasta que me vio. Su expresión de sorpresa me hizo sonreír. Estoy seguro de que él no tenía idea de que yo estaba en la ciudad. No había hablado con él desde el funeral de Off. Sonreí y lo saludé con la mano y me di la vuelta para ver a Mook. Ella me miraba de cerca, como si necesitara tirarme al suelo en cualquier momento. ¿Cuál era su problema? Ella era tan extraña como para hacerme sentir nervioso.

—¿Lo conoces? —Me preguntó, cambiando la mirada de mí hacia Jay. Me encogí de hombros, tomé mi Coca que el camarero colocó delante de mí.

—Sí, él solía ir a mi instituto —le expliqué. No quise explicarle que fue mi novio durante tres años. Probablemente me avergonzaría de alguna forma con esa información.

—Él fue su novio por tres años. Eran inseparables. —Intervino Gun metido en su jugoso momento de cotilleo. Tendré que agradecerle después por eso.

—Hmm... Bueno Kitty, necesitas decidir qué harás porque aquí viene. —dijo Mook. Parecía molesta. Genial.

—¿Krist? —El tono de sorpresa de Jay me hizo desear haberme quedado en el dormitorio esta noche.

Imparables [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora