Capítulo 4: No me dejes

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Singto POV

Estrangularía a Mook. Krist me estaba calentando. Estuvo en mis brazos y encontré un poco de paz entre el miedo que me consumía desde el momento que me enteré que podía perderlo.

—Singto —dijo Mook con descaro.

Sabía que ella tenía razón. No había terminado de tomar almas por la noche, pero había sabido que Krist estaba aquí. Podía sentir sus emociones. Su alma aún me llamaba a pesar de no recordarme.

—Umm, los dejaré resolver esto. Le prometí a Jay un baile, de todos modos —dijo Krist retrocediendo.

«No me dejes»

Krist se congeló. Maldita sea. Le hable a su alma. Me había escuchado. La confusión en sus ojos mientras me estudiaba me hizo esperar por si me recordaba; que su cerebro humano dominaba a su alma. Pero sacudió la cabeza y continuó alejándose.

—Me tengo que ir. —dijo a toda prisa, luego se dio la vuelta y huyó.

—Movimiento inteligente, imbécil. Sólo lo asustaste. —dijo Mook con un suspiro.

—¿Por qué nos interrumpiste? Conozco mi deber. No necesito que me jodas con esto. —Mook levantó sus cejas perforadas.

—Oh, ¿en serio? Bueno, si dejaras de acosar a Krist el tiempo suficiente como para recordar que tienes un trabajo, yo no tendría que hacerlo. Tienes que dejarlo tomar sus propias decisiones. Si hicieras eso, yo no tendría que intervenir. Sí, él no te recuerda por culpa de ese hechizo. Pero su alma está conectada a la de Jay. Necesita enfrentar esto. Entonces, podrá decidir. No puedes aparecerte e interceptarlo cada vez que Jay se acerca a él.

Gruñendo, me encaminé hacia la salida. No necesitaba escuchar esto. Tenía razón y odió cuando Mook está en lo cierto. Krist debía acercarse a Jay de nuevo. Esto era una competencia. Una que puedo muy bien perder. Hice una mueca cuando el dolor me atravesó. Perder a Krist no era algo que pudiera aceptar.

Eché un vistazo a la pista de baile y mis ojos encontraron inmediatamente a los de Krist. Me miraba marcharme. Jay no estaba con él. Estaba de pie, solo en el exterior de los cuerpos moviéndose, su atención puesta en mí. Me detuve y le devolví la mirada. Tomé la inclinación de su cabeza, la suavidad de sus labios y el interés en sus ojos. Lo había intrigado esta noche. Eso era una cosa buena.

¿Sería él Krist que no ve almas a diario capaz de aceptar a la Muerte como él chico que creció viendo una parte de este mundo que otros eran incapaces de ver?

Jay se le acercó por detrás y tocó su hombro, y él se volvió para mirarlo. No podía quedarme a ver esto.

*****

Krist POV

—¿Conseguiré esa pieza ahora? —preguntó Jay sobre la música.

Miré de nuevo a Singto para ver si aún estaba allí. Parecía triste o solo. Quería ir a hablar con él. Pero se había ido. No era una buena idea estar interesado en un cantante. Sí, él era difícil de ignorar, pero ya encontraría una forma de superar su atractivo.

—Sí, yo... —me detuve a media frase. Su novio regresó y deslizó sus manos alrededor de la cintura de Jay. La frustración de Jay fue obvia en su rostro.

—Ven a bailar conmigo —susurró mientras deslizaba ambas manos debajo de su camiseta.

Sip, eso es suficiente para mí.

—Necesito irme. Fue agradable verte de nuevo —dije rápidamente y me escapé antes de que él pudiera decir algo más.

Escaneando el bar, encontré a Mook sentada allí con las piernas cruzadas y una sonrisa en su rostro. Gun seguía bailando con Bright. Por mucho que quisiera irme, no quería arruinarle la noche a Gun si me marchaba. Él obviamente pasaba un buen momento. Hice mi camino hacia Mook. Tal vez podía conseguir un taxi a casa y dejarla aquí con Gun.

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