Capítulo 9: ¿Soñé con él?

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Krist POV

Encontrar la copiadora fue más fácil de lo que pensé. Encontrar Ethan Frome también fue fácil. Siete minutos más tarde me dirigía al piso de arriba, al pequeño escondite aislado con Singto.

Había utilizado la búsqueda de la copiadora y el libro como una excusa para alejarme de él, para poder tomar una respiración profunda y reunir mis pensamientos. Estaba muy interesado en mí. No podía negar eso ahora. Me alegraba que él eligiera ese lugar por más propósitos que el estudio, pero eso me emocionaba y asustaba al mismo tiempo.

Singto estaba recostado en su silla con los pies sobre la mesa y sus tobillos cruzados. Algo en esa pose era extrañamente familiar. Esta era la segunda vez que sentía como si lo hubiera visto haciendo algo similar antes.

¿Soñé con él?
¿Es eso?

—Eso fue rápido —dijo Singto arrastrando las palabras cuando volvió la cabeza y sus ojos negros se encontraron con los míos. Puse el libro delante de él, dirigiéndome de nuevo a la silla vacía.

—Aquí tienes. —Le entregué el plan de estudios —Está todo listo. ¿Has revisado mis notas? —Le pregunté para hacer una pequeña charla. Singto dejó sus piernas caer de nuevo al suelo y se inclinó sobre la mesa.

—Sí. Tengo lo que necesito. Gracias por ayudarme a ponerme al día. No deberías de haber perdido esta mañana.

Cuando bajó la voz así, quise abanicarme. Él era letalmente sexy. Él no tenía que hacer su voz toda ronca y profunda. Eso lo hizo peormente sexy.

—Me alegro de que vengas el viernes en la noche. —dijo acercándose más a mí. Sentí que me inclinaba hacia él, incapaz de detener la atracción.

—Gracias por haberme invitado —contesté. Mi voz sonó sin aliento.

Simplemente genial.
Soné tan afectado como me sentía.

Singto empujó su silla hacia atrás y se levantó. Vi cómo se acercó y extendió su mano hacia mí. Sabía lo que él quería y yo también lo quería demasiado. Si quería una repetición de lo que pasó ayer en el árbol, entonces yo estaba muy de acuerdo con eso. Singto me acercó hacia él y envolvió mi mano detrás de su cuello. Enrosqué mis dedos en su cabello, él cerró los ojos y respiró profundo. Me gustaba como mi toque le afectaba de esa manera. Deslicé la otra mano por su brazo alrededor de su cuello y vi su rostro, fascinado por el afán evidente en la forma que tenía apretada la boca y el brillo en sus ojos.

Decidí no esperar por él en esta ocasión. Lo atraje hacia mí, capturé su boca con la mía, y me tomé la libertad de lamer su labio inferior. Parecía tan lleno y suave que quise probarlo desde la primera vez que lo vi.

Las manos de Singto se deslizaron por mis costillas hasta que descansaron justo debajo de la parte inferior de mi camisa. En cuanto a saber acerca de chicos, yo era muy inocente. Jay y yo habíamos tenido algunos besos y roces, pero nada tan excitante. Pero ya estaba más que seguro de que si Singto me tocaba un poco más, yo estallaría en llamas. No había manera de que él no se diera cuenta de mi rápida respiración. Casi me daba vergüenza mi reacción ante su tacto, pero los suaves y agradecidos gruñidos procedentes de su pecho mientras probaba mis labios y mi piel, me aseguraban que él disfrutaba esto tanto como yo.

—Por favor, ven conmigo el viernes en la noche. —suplicó Singto mientas seguía besando mi cuello a lo largo de mi clavícula.

Esa era una petición injusta. Me puso todo caliente y mojado y luego viene a rogarme. ¿Cómo se supone que alguien asi piense con claridad?

—No puedo. Gun me necesita. —le contesté, mi corazón golpeando contra mi pecho.

Su boca se cernió sobre el escote de mi camisa y su cálido aliento hizo cosquillas en esa sensible parte de piel. Yo estaba casi en el punto de la mendicidad cuando sus manos se deslizaron hacia abajo y tomó mi trasero, me levantó y me sentó en la mesa detrás de mí. Singto se colocó entre mis piernas y llevó sus manos a mi espalda.

Imparables [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora