Capítulo 14: Acosador

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Krist POV

Me las arreglé para despertarme con la alarma del reloj esta mañana, así que tuve tiempo para pasarme por la cafetería. También estaría más espabilado en clases. Gun seguía durmiendo cuando me fui. Su primera clase del día empezaba a las once, por lo que podía dormir hasta tarde. Desafortunadamente, no fui bendecido con una de esas en mi horario.

Después de pasar la mañana del sábado con Singto, había ido a la biblioteca y encontrado los otros libros que necesitaba para mi clase de Literatura. Luego lo llamé temprano en la noche. Gun salió con Bright y no regresó hasta las siete de la mañana del domingo. Me desperté nuevamente demasiado temprano para un fin de semana. Insistió en que pasáramos el día comprando ropa interior y zapatos nuevos.

Me había enviado mensajes con Singto, y me llamó una vez, pero no lo había visto. No es que él no lo intentara. Sencillamente, Gun consumió mi domingo entero. Entonces, esa noche, cuando salió de nuevo con Bright, Singto no apareció. Al menos me fui temprano a la cama.

La fila en la cafetería no se movía muy rápido. Miré al móvil para ver la hora. Tenía quince minutos. Desde aquí, tardaría unos cinco, así que me daría tiempo a llegar.

Finalmente, el chico que estaba delante de mí se movió. Sostenía dos tazas de café y me sonreía. Le devolví la sonrisa y esperé a que se fuera para poder acercarme y pedir mi dosis de cafeína matutina. Pero no se movía. Me tendió una de las tazas de café.

¿Qué hace?
¿Está compartiendo?
Umm, no, gracias.
Soy bastante quisquilloso con mi Latte.

—Latte de caramelo con crema batida. Justo para ti —dijo feliz el desconocido.

¿Cómo supo lo que pediría?
¿Y por qué me lo pidió?
¿Es un acosador?
¿Debería llamar a la policía?

—Siguiente, por favor. —dijo el chico que estaba detrás del mostrador con un tono irritado. Estábamos deteniendo el avance.

—Cógelo. El chico lo acaba de hacer. No puedo beberme los dos.

La sincera amabilidad en sus ojos me compró. Tal vez era un adivino afortunado. O tal vez debería llamar a la policía. Acepté la taza de su mano y salí de la fila. La chica que estaba detrás de mí suspiró en voz alta y murmuró:

—Por fin. Gracias.

Tomé un sorbo y noté que era exactamente como me gustaba. Debería al menos agradecerle y ser educado. Reconsideraría la orden de alejamiento más tarde.

—Umm, gracias. No estoy seguro de cómo supiste lo que quería, pero gracias. Llego tarde a clase, así que esto ayuda.

—¿Puedo acompañarte? —preguntó mientras se movía conmigo hacia la puerta.

—Uh, sí, supongo. ¿Vas allí? —pregunté mientras se ponía a mi lado. Rió suavemente y se me puso la piel de gallina. No era una buena señal. Paré de beber mi café. Algo estaba fuera de lugar.

—Sólo vivo aquí. —Fue su respuesta. Un asesino en serie en cuyas garras podría haber caído. —Tengo que admitir que hice una educada suposición con tu café y tuve suerte. Trataba de impresionarte con mi caballerosidad. En cambio, parece que te he asustado. No quería hacerlo.

Era observador. Le concedía eso. Asintiendo, seguí sin beber. Toda esta situación empezaba a molestarme. No tenía un café que pudiese tomarme sin peligro y llegaría tarde a clase si este tipo no me dejaba en paz.

—Tenía curiosidad. ¿Tienes novio?

Bueno, es atrevido.

Podía mentir y enviarlo a paseo o contestar honestamente y correr hacia mi edificio.

Imparables [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora