Capítulo 16: ¿Bailas conmigo?

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Krist POV

Lo primero que vi a través de los cristales tintados de la limusina fueron las centelleantes luces blancas. Había miles de ellas. Me deslicé para mirarlas de cerca y ver a donde nos trajo el conductor. Acababa de pasar más de diez minutos en el regazo de Singto, besándolo y siendo besado sin sentido.

El enorme lugar parecía un campo con un mirador cubierto de luces blancas reposando en medio de él. Las luces fueron colgadas de la glorieta a los árboles que lo rodeaban, dando una sensación luces de dosel.

¿Qué es este lugar?

La limusina se detuvo y miré a Singto, quien me miraba en lugar de mirar por la ventana.

—¿Dónde estamos? —Le pregunté.

Singto sonrió con esa sexy sonrisa que sólo Singto podía tener y el conductor abrió la puerta. Salí y me siguió. Singto le dio las gracias al hombre alto y moreno que luego volvió a subir al auto y se marchó. Miré alrededor, al aislado lugar al que Singto me había traído, obviamente, hicieron un gran esfuerzo para hacerlo parecer impresionante.

—No es el Jardín de Hespérides, pero entonces, quién quiere comer manzanas de oro y esquivar a un dragón. Este jardín es una opción mucho mejor.

¿Acaso este rockero comparó este lugar con el jardín Hara?

Impresionante. Pero, de nuevo, con frecuencia él conseguía sorprenderme.

—Es una preciosidad. ¿Cómo hiciste todo esto? —pregunté mientras él tomaba mi codo y me guiaba hacia el mirador.

—Tengo mis contactos.

Siempre era muy reservado. No debí haber esperado que realmente me dijera cómo se las había arreglado para conseguir un elaborado y gran mirador en el medio de un campo desierto y luego cubrir el lugar con las luces.

Los tres escalones en el mirador se encontraban llenos de luces blancas. Una pequeña mesa redonda se situaba en el centro del área cubierta. Un mantel plateado cubría la mesa y había dos sillas colocadas alrededor. Un ramo de algún tipo de flores exóticas que nunca había visto ubicadas en el centro de la mesa. El florero de cristal incluso tenía luces en el interior. Había realmente puesto mucho esfuerzo en esto. De repente, me sentí muy agradecido de no haberme puesto jeans.

—¿En qué estás pensando? —preguntó en mi oído. Me estremecí por el calor de su aliento contra mi piel.

—Estoy pensando en que realmente quieres impresionarme o bien, este es tu plan para todas las primeras citas —Fue una broma, por supuesto, y le sonreí mientras lo decía para que supiera que no hablaba en serio.

—Nunca noté lo sexy que podría ser una boca inteligente. —respondió.

La suave música comenzó a tocar desde unos altavoces ocultos en los rincones del mirador. Singto me tendió la mano.

—¿Bailas conmigo?

Deslicé mi mano en la suya y me apretó contra su pecho. Esto era diferente a nuestro primer baile en el club. Era más dulce, más sincero. Menos sobre la atracción y más sobre la conexión.

—¿Krist? —preguntó Singto suavemente contra mi oído.

—¿Sí? —respondí apoyando mi barbilla.

—¿Me prometerías algo?

Esa era una extraña petición. Lo pensé un momento y luego asentí.

—Sí. —Dejó escapar otro suspiro. Algo le molestaba esta noche.

Imparables [PERAYA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora