Capítulo 17: ¿Por qué esta triste?

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Krist POV

Cuatro días de esquivar a Singto e ignorar a Mook cuando intentaba que yo lo viera comenzaba a desgastarme. Esta era una estupidez. Tuve una cita real con Singto Prachaya. Lo había besado un par de veces y había caído bajo el carisma sexy que había a su favor. Todo el mundo se enamora de un rockero en algún momento de su vida. Sucede. Asi es esto. Se aprende de ello y se sigue adelante. Estaba listo para continuar. ¿Pero por qué esto me estaba molestando tan profundamente? La cosa era que en realidad nunca nadie me había traicionado. ¿Realmente se le podía llamar traición? No éramos una pareja. No habíamos hecho ninguna promesa. Singto podría follar a cualquier chico del edificio si lo deseaba. Yo no iba a tener sexo con él. Él era atractivo. Era lógico que esto ocurriera. Mi orgullo estaba un poco herido, pero debía recuperarme.

Pasé el fin de semana estudiando solo en mi habitación. Era la mañana del lunes y Singto estaría en mi próxima clase. Yo sonreiría y sería amable y distante. No había razón para actuar como si algo importante hubiera ocurrido. No era como si él me hubiera llamado el fin de semana o enviado mensajes de texto. Estaba seguro de que él sabía que yo descubrí su aventura, porque Mook lo sabía.

Desafortunadamente, ella estuvo allí justo después de lo que yo escuché, así que vio mi reacción inmediata. Realmente, realmente, esperaba que no hubiera compartido la escena con Singto. Tendría que fingir como si nada hubiera ocurrido cuando me enfrentará a él hoy.

Tenía mis expectativas muy altas en esté romance y ese fue mi primer error.

Al abrir la puerta de Cálculo recordé que la semana pasada Singto llevo mis libros por mí. Me estuvo acompañando a la clase, yo montado en la parte trasera de su motocicleta. Viví en el lado salvaje por dos semanas. Ya era hora de que me centrara. No escaneé la habitación para ver si Singto ya estaba allí. Encontré un asiento vacío y me centré en no buscarlo en la habitación. Si él se fuera a sentar a mi lado durante las clases, posiblemente tenga dificultad para prestar atención al profesor.

Dejé caer mis libros en mi escritorio, saqué mis lápices y un cuaderno. Le había regresado su laptop a Mook y le dije que se asegurara de él la tuviera de regreso. Ya no lo necesitaba.

Eso era, por supuesto, falso, pero seguía cabreado.

Luego, una sensación de cosquilleo recorrió mi espina dorsal y sabía sin mirar que la sombra que había caído sobre mi escritorio pertenecía a Singto.

Maldita sea.

—¿Puedo sentarme aquí? —Su voz era ronca y sin humor.

Estábamos rodeados de gente y el profesor se dirigía a la parte delantera de la sala. No era como si yo pudiera negarme sin hacer una escena. Por no mencionar el hecho de que lo alertaría de que su aventura sexual me molestó.

—Claro —le respondí con una sonrisa forzada y me centré en los números que el profesor comenzaba a escribir en la pizarra.

¿Tiene que sentarse tan cerca?

No podía concentrarme con su aroma. Yo ya sabía que olía delicioso. No necesitaba recordármelo.

—¿Vas a mirarme? —preguntó.

No, maldición.
¡No quiero mirarte!

Obligué a mi cabeza a encontrarse con su mirada. Se veía triste. No me esperaba eso.

¿Por qué está triste?

Aunque no podía preguntarle aquello. No iba a dejar que esto fuera más lejos. Yo había dibujado mi línea. Seguiría encontrándome con él. Ya sea como mi compañero de clase o como el amigo de mi compañera de habitación. Nada más.

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