CAPÍTULO 22

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-En... un... amigo... que dejé en California- inventé.

-¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo- inquirió.

-Enamoramiento no, Yoon Sanha- especifiqué de nuevo, Eunwoo sólo se mantenía en silencio pero atento- Y es... un amigo, mmm... cercano y...- me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira- y... a una amiga también le gusta, entonces...

-Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella- completó Sanha.

-¡Exacto!

-Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?

-Ella- musité con pesar.

-Pero tú ya te fuiste de California, ya no importa o ¿si?- dijo Eunwoo, quien había estado como una estatua hasta ahora.

-Mmm- murmuré.

-Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú sola las cosas y castigarte a ti misma- interrumpió Sanha-. Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga- se encogió de hombros. Me solté a reír y ambos me miraron; si Sanha supiera a quién me refería ni siquiera hubiese dicho lo último.

-¿Qué es gracioso?- preguntó Eunwoo.

-Nada, sólo que... nada- manoteé restándole importancia.

-¡Mira, _________!- me dijo Sanha- ¿ese lugar no te parece ideal para una fotografía?- apuntó hacía una parte de la construcción de la plaza que se extendía magnifico por el este.

-Qué buen gusto tienes Sanha- concordé-. Creo que le tomaré una. Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímida porque Sanha aún mantenía su mano atada a la mía.

-Yoon Sanha, creo que _________ necesita sus dos manos- farfulló Eunwoo.

-Oh, cierto. Discúlpame- enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día. Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía la construcción y saqué la fotografía.

- yeoja-ege kkoch?- musitó alguien detrás de mi. Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Eunwoo, mientras que Sanha estaba distraído mirando una escultura.

Eunwoo me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.

-biyong-eun eolmaibnikka?- preguntó

-1500won- dijo la señora.

-naega hanaleul wonhaneun.

Ella le acercó la canasta y Eunwoo escogió una rosa entre el montón y luego sacó el dinero para pagarle.

-yeogiiss-eo- le dio el dinero y le sonrió.

-gomawoyo jeolm-eun-i- dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle flores a la demás gente.

No había aprendido aún coreano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizada con las palabras y pude entender la conversación entre Eunwoo y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Liv.

-Ten- pero me la ofreció a mi y me dejó en blanco.

-¿Qué?- musité torpe.

-Es para ti- dijo, como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.

-Gracias- tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Sanha, quién seguía entretenido viendo la escultura. Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento en el momento exacto. Una fotografía maravillosa. Sanha me miró.

-Hey, pudiste haberme avisado- me dijo y reí.

-No, creo que saliste más lindo así.

Él se sonrojó de nuevo y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.

-¿Y esa flor?- preguntó.

-Se la di yo- dijo Eunwoo, con más orgullo del necesario.

-Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo- bromeó.

-Lo haces parecer una competencia Sanha- dije, queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.

-Claro que no es una competencia- dijo él-, yo no estoy compitiendo con nadie, Eunwoo no es un jugador, él ya tiene dueña- bromeó Sanha, palmeándole la espalda a Eunwoo.

Eunwoo sólo sonrió, pero a esa sonrisa le hacía falta... ¿alegría?

-Me haces sentir como un trofeo- dije, haciendo un mohín.

-teulopiga anida dangsin-eun aleumdaun gongju-igo naneun dangsin-ui wangjaga doego sipseubnida (no eres un trofeo, eres una princesa hermosa y me gustaría ser tu príncipe)- musitó Sanha.

El rostro de Eunwoo se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Sanha había pronunciado. ¿Pero que había dicho?

-seupein-eolo malhada (dilo en español)- le farfulló Eunwoo.

-aniyo, naneun bukkeuleowo haeyo (no, me da vergüenza)- musitó Sanha.

-dangsin-eun ileohge geunyeoleul jeongboghaji anh-eul geos-ibnida, geunyeoneun ihaehaji moshabnida (no la vas a conquistar así, ella no entiende)- el rostro de Eunwoo se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.

-dangsin-i hangug-eoleul joh-ahandaneun geol algi ttaemun-e (porque sé que le gusta el coreano)- Sanha se encogió de hombros.

- geugeos-eun yojeom-i anida (ese no es el punto)- Eunwoo se cruzó de brazos y luego me miró.

No sabía cual era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza, odiaba no entender nada.

-Sanha dice que eres una hermosa princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe- me dijo, pero parecía molesto.

-joyonghi hae! (cállate!)- protestó Sanha a Eunwoo, enrojeciendo por completo. Miré a Sanha enternecida.

-Que lindo eres Sanha. Gracias- dije y él enrojeció más, sin embargo Eunwoo permanecía de brazos cruzados y con rostro duro. La fierecilla apareció de pronto, bailando de alegría porque creía que lo que Eunwoo tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.

‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora