CAPÍTULO 13

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Levanté la mirada y me topé con un bello rostro meramente inmaculado. Su piel llana parecida a la porcelana, y esos ojos oscuros que poseían un hermoso color café con motas de luz. Sus labios rellenos y rosados se estiraron y formaron una bonita sonrisa curiosa.

-Hola- pronunció.

-Hola- dije, medio atontada por el bello rostro juvenil que tenia justo enfrente.

-Perdóname. Soy un poco distraído- musitó ligeramente ruborizado.

-No, no; la distraída soy yo- dije y luego me reí.

-Yoon San-ha, pero dime MJ- me estrechó la mano.

-_________- me presenté.

-Eres americana- adivinó.

-¿En serio? Yo viví un tiempo en Los Angeles, pero soy de Dobong-gu explicó.

Ahora había entiendo porque habla tan bien mi idioma; pero luego dirigí mi mirada hacía la puerta del departamento en que él iba a abrir la puerta antes de que yo le chocara.

-¿Vives aquí?- balbuceé, al captar en trío de números que formaban en 308.

-Sí, con mi tía.

La señora un poco gruñona de la que Liv alguna vez me había hablado. Abrí los ojos ante la sorpresa.

-¿Eres sobrino de la señora Yoon?- inquirí.

-Sí, ¿la conoces?

-Sí, bueno no- dije y su expresión pasó a ser una mueca de confusión- Mi amiga me ha hablado de ella y hace poco me la presentó- expliqué.

-¡Oh! ¿eres tú la linda chica que se mudó con Olivia?- preguntó, como si hubiese completado un rompecabezas en su memoria.

-Sí y... gracias por lo de 'linda'.

-Oh, bueno, eres linda- musitó y se encogió de hombros-. ¿Vas a algún lado?

-Sí, a un laboratorio de fotografía. ¿Sabes dónde queda la calle Yanghwa-ro?- pregunté, mirando la captura en mi celular y tartamudeando al leer el nombre de la calle.

-Sí es cerca del edificio Gyeongnam.

-¿Está muy lejos?

-No, puedes ir caminando; son como cinco cuadras de aquí.

-Oh, gracias.

-Puedo llevarte si quieres, tengo auto- ofreció.

-No, gracias, hoy caminaré, tengo tiempo de sobra- musité con aplomo.

-Oh, está bien, ¿puedo invitarte luego un café? Para conocernos, digo, vamos a ser vecinos- se encogió de hombros un tanto avergonzado y ligeramente ruborizado.

-Claro, me encantaría.

-Hasta luego, entonces.

-Hasta luego- dije-. Oh y gamsahabnida- murmuré lo que había aprendido de Eunwoo el día de ayer, cuando agradeció al mesero.

Sanha me sonrió.

- cheonman-eyo, yeppeun- pronunció.

Me ruboricé un poco y le dije adiós con la mano; luego bajé las escaleras y me encaminé por las calles de Seúl esperando encontrar lo que buscaba.

Luego de unos minutos y de contabilizar mentalmente las cinco cuadras que Sanha me había mencionado, miré hacía el pequeño recuadro blanco ubicado en el muro externo del último edificio de la cuarta calle: Yanghwa-ro. Sonreí satisfecha al haber acertado en mi búsqueda. Tenía la calle, pero aún me faltaba el laboratorio, decidí caminar hacía la izquierda, en donde los números ascendían, tenía que encontrar el 237.

Afortunadamente lo encontré, además de que pude visualizar fuera del lugar el letrero en letras grandes y negras que decía "PHOTO LAB". Eso cualquiera lo entendería.

Crucé la acera y me adentré en el lugar solitario y oscurecido, solamente iluminado por las luces del exterior que traspasaban por el ventanal, pero aquello no redujo ni un poco los escalofríos.

-¿Hola?- musité, esperando a que alguien en el oscuro lugar me respondiera.

-¡meongcheonghan gigye!- gruñó una voz fina y delicada que salió de detrás de los almacenes. Una voz de mujer.

Me quedé pasmada y mis pies se quedaron congelados en el mismo lugar donde se habían parado.

-¿Hola?- volví a repetir, ahora un poco temerosa.

‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora