CAPÍTULO 25

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-Sanha es... un gran chico. Pero...

-Tú le gustas- me interrumpió.

-No creo gustarle más que Jenn. Y la respuesta es... quizá me agrade un poco, pero, me quedo como su amiga.

-Eres sincera- esbozó una delicada sonrisita-. Y quiero conocer a esa chica, Jenn. Me hablas de ella y no sé siquiera quien es.

Me reí.

-Es la chica del laboratorio de fotografía. Un día te llevaré.

-¿Prometido?

-Prometido- reí-. Siguiente pregunta.

-¿Qué te contó Jung el otro día?

-¡Tramposo!- negué con la cabeza riendo- no te voy a decir, no seas curioso, Lee Dong-min.

Me miró y enarcó una ceja.

-Perdón, Eunwoo.

Sonrió.

-Y no te diré.

-¿Tiene algo que ver conmigo?

-Mmm contigo, conmigo, con Sanha, con todos- divagué, saliéndome por la tangente-. Última pregunta.

-¿Ya es la última?

-Así es, curioso- asentí.

-Está bien. Bueno, tú conoces a Liv mejor que nadie, y me conoces bastante también a mí, ¿cierto?- asentí- bien, ¿crees que realmente Liv y yo...? no, ya sé, ¿crees que Olivia es lo mejor para mí y yo para ella?

Abrí los ojos de par en par, ¿qué? ¿ahora dudaba? ¿y me preguntaba a mi?

-Bueno, mira-balbuceé y me humedecí los labios, repentinamente secos-, no se trata de lo que opine o lo que la gente diga, aunque tu los has oído, dicen que ustedes son la pareja perfecta, pero te repito, los comentarios de la gente no importan, lo que verdaderamente importa es lo que tú y ella sienten. Si la amas y ella a ti, ¿qué importa lo demás?

Tenía la mirada baja al igual que la cabeza ligeramente se inclinaba hacia abajo.

-Gracias- musitó.

-Cuando quieras, Eunwoo.

Levantó la mirada de pronto e hizo que me hiciera hacia atrás por el repentino movimiento.

-Tengo que irme, discúlpame con Liv, ¿si?- se levantó del sofá y caminó hasta la puerta.

-¿Por qué te vas?- inquirí, desorientada, aún sentada sobre el sillón.

-Las peguntas se acabaron- sonrió-. Hasta mañana, _________- y salió por la puerta.

Dejó la habitación vacía y a mí en ella. Cuando lo capté, pude distinguir también un fiero deseo de mantener su presencia aun ahí, conmigo. Giré sobre mi asiento y miré la rosa sobre la mesa, suspiré. Salí disparada a mi habitación y rebusqué en el cajón inferior de mi buró aquellas fotos con el rostro de ángel. Me quedé sentada en el suelo de la habitación, recargada en uno de los lados de mi cama, mirando lo que tenía en las manos. ¿Qué era eso que sentía mi estómago? ¿por qué el corazón se me aceleraba cuando no debía? ¿por qué... sentía que Eunwoo me gustaba? Era sumamente atractivo, sin duda. Estar a su lado era como no querer que el tiempo avanzara, querer detener el reloj y mandar las manecillas en sentido contrario; su mirada angelical era como la fabrica de luces para navidad. Me hace sentir especial con un beso en la mejilla, la sonrisa que miraba en su rostro me llena de algo que me es inexplicable. Él de alguna forma me hace recordar lo que es sentir, saber que una existe. Lee Dong-min, Eunwoo, como sea; el nombre es lo de menos, porque ahora me invadía una angustia palpable que me comenzó a cortar la respiración y hacía que las manos desprendieran sudor frío. No. Yo podía fijarme en cualquier chico. Excepto uno. Arrojé las fotografías dejándolas dispersas por todo el interior del cajón y lo cerré abruptamente. Yo no podía fijarme en Eunwoo.

-¡_______!- la voz de Liv apareció lejos, junto a la puerta de la entrada que apenas había cerrado para meterse al departamento y como impulsada me levanté del piso y salí de mi habitación. Miré a Liv.

-Hola- musité.

-¿Dónde esta Eun?- preguntó, dejando su bolso de diseñador sobre el sofá.

-Se fue

-¿Cómo? ¿vino y se fue?

-Sí- me encogí de hombros-. Me dijo que los disculpara contigo, pero que tenía que irse- tragué saliva escandalosamente.

-¿Estás bien?

-¿Yo? Claro, ¿por qué no he de estarlo?- farfullé, queriendo sonreír.

-Pues te conozco y pareces nerviosa.

-¿Nerviosa?¿yo?- reí-. No, para nada.

-________- me miró, con esos ojos color chocolate que me acusaban conjeturantes- Ay, ¿sabes qué? olvídalo- manoteó restándole importancia al asunto-, vengo muy cansada hoy- bostezó y luego miró hacía la mesita de centro-. ¿Y esa rosa?

Abrí los ojos como platos.

-Eh... mmm...- tartamudeé.

-¿Te la dio Sanha?- especuló con el rostro ansioso.

-Eunwoo- solté.

-¿Te la dio Eunwoo?- su ceñó se frunció y la voz se le bañó radicalmente de un matiz de confusión.

‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora