-Mmm... ¡No! Quiero decir que Eunwoo te la dejo a ti, es para ti- dije mientras sentía que la fierecilla pataleaba y gritaba ¡mía, mía, mía!
-¿Hizo eso?- su semblante cambió de nuevo y se volvió tierno y dulce, como era- Aww, que lindo es- se acercó a la rosa y la tomó para luego percibir su aroma-. Tengo que ponerla en agua- sonrío y yo suspiré, aliviada y con pesar.
Aliviada porque había salido del lío que por poco se iba a armar y con pesar porque la rosa ahora estaba en las manos equivocadas, que irónicamente eran en las que deberían de estar.
Me senté en una de las sillas de la barra de la cocina mientras veía como Liv sumergía el tallo de la rosa en el agua de un florero pequeño.
-¿Y qué tal tu día con Sanha?- pregunto mi amiga.
-Genial- musité con aplomo.
-Ay, pero lo dices como si no te hubiera gustado- su aguda voz se acercó cuando ella se sentó a mi lado.
-No, es que estoy cansada, ya me conoces- sonreí.
-No es justo, ¿sabes?- dijo.
-¿Qué cosa?- la miré.
-Que no pueda pasar tiempo contigo. Dios ¡eres mi mejor amiga y casi ni hablamos! Yo con mi trabajo y con... Eunwoo.
-Pero Livvie, vivimos en el mismo departamento, como queríamos de pequeñas, ¿recuerdas?
-Sí- sonrió- y aún así casi ni te veo. no es justo.
-Está bien, tenemos los domingos- dije.
-Un día de siete- hizo un mohín.
-Me gustaría pasar más tiempo contigo Livvie, como cuando éramos niñas, pero ya no lo somos, tú tienes trabajo y yo muchas cosas que hacer. Pero al menos lo compartimos y eso es lo que cuenta.
-Me siento muy afortunada, ¿sabes?- suspiró- Tengo la mejor amiga del mundo y el novio más apuesto del planeta- rió-. Además del trabajo que quería- agregó.
No sabía porque me sentí culpable cuando ella dijo "la mejor amiga del mundo" y celosa cuando dijo "el novio más apuesto del planeta". Sonreí y la abracé, si había una amiga excelente, esa era Liv, no yo.
-Tengo que dormir Liv- dije.
-¡Ay no!- exclamó como niña pequeña- ¿No vas a cenar?
-Estoy cansada.
-¡Vamos! Cena conmigo, ya van varias veces que me dejas cenando sola- hizo un puchero y me reí.
-Está bien, ¿qué cenamos?
La sonrisa de Liv se expandió alegre por su rostro.
*
Miré a través de la ventana el cielo completamente oscurecido y conté las escasas estrellas que había esa noche. Miré luego el reloj, iba a ser la 1:30 de la madrugada y yo no podía dormir. Me acurruqué entre la cobija y suspiré.
No podía seguir ignorando a la fierecilla dentro de mi, porque sus pensamientos ya no iban en total desacuerdo con los míos, pero aún conservaba un poco de cordura en alguna parte de mi cabeza que me decía que no podía enamorarme de Eunwoo; era tan intocable como el fuego bajo la sartén, tan prohibido como romper alguna ley de la constitución... era el novio de mi mejor amiga y yo debía de brincar hacía atrás los pasos que no debí haber caminado.
Apabullada y con la cabeza llena de pensamientos ilógicos logré dormir.
*******
Su sonrisa llegaba hasta mi a través de la poca distancia entre ambos. Una sonrisa demasiado bonita como para desgastarla, pero él quería dármela a mi y sólo a mí, haciendo que miles de mariposas revolotearan en mi estómago. Luego tomó mi mano y sentí que pude tocar el mismísimo cielo; el corazón se me aceleró cuando él puso mi nombre en sus labios y la sonrisa se expandía ahora por mi rostro.
-¿Quién más puede hacerte sentir esto?- me preguntó, con su voz de terciopelo.
Era la primera noche que soñaba con él, con Eunwoo.
Suspiré con la cabeza enterrada en la almohada y mi suspiro se convirtió en un vapor cálido que me pegó en todo el rostro. Alcé la cabeza y pude sentir algunos que otros cabellos despeinados a cada costado de mi cara. Hoy era sábado. Recordé angustiada el sueño y llegué a la conclusión de que tenía que contarle esto a alguien porque si no, explotaría tarde o temprano.
Me levanté y arreglé en media hora y busqué en mi celular el número de Jungkook, ¿quién mejor que él para entender toda esta locura?
-¿Hola?- me contestó, del otro lado de la bocina.
-Jung, ¿podemos vernos hoy?- pregunté.
-Claro, dime dónde y a qué hora- accedió.
-En la plaza DDP, en una hora y media, ¿está bien?
-Perfecto, ¿puedo preguntar para qué?- curioseó.
-Te digo cuando te vea.
-Está bien.
Finalicé la llamada y me apresuré a salir del departamento, seguro tardaría más de una hora y media si no me daba prisa. Aunque llegar por mis propios medios me costaría trabajo.
Tomé un taxi que tardó casi los sesenta minutos en llegar y pagué con los wons que habían salido de mi bolso o que mejor dicho, Liv había colocado ahí para mi uso, debido a que aún no cambiaba mi dinero.
Bajé y me adentré en el motín de gente que circulaba bajo el cielo grisáceo como el día de ayer y me senté en una banquita que estaba vacía por puro milagro, como si aguardará por mi.
Le regalé un suspiro al aire y luego miré hacia arriba, a lo mejor llovería hoy. Los nubarrones grises que surcaban el cielo se veían considerablemente amenazadores.
Empecé a divagar entre mis pensamientos, mientras esperaba por Jung, quién hasta el día de hoy se había vuelto casi mi mejor amigo, nos contábamos todo y esta vez no sería la excepción; estaba dispuesta a decirle con punto y coma todo y eso incluía aceptar que Eunwoo me atraía y bastante.
A la media hora Jung apareció entre el tumulto de gente, su sudadera color vino y su cabello medio rizado fue lo que alcancé a distinguir primero.
-¡Jung, acá!- manoteé para que me viera y no sólo logré llamar la atención de él, sino de algunos otros que me miraron extrañados por hablar en otro idioma.
Cómo si no hubieran oído jamás otro idioma. Me encogí un poco cohibida y aún así Jung me alcanzó a mirar y se acercó
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‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA
Fanfiction¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Cómo si esa cosa estuviera en la lista de "no lo toques, ni codicies", pero que cada momento te incita más y más a querer tenerlo... Él, era algo muy parecido a un príncipe azul, como el de los cuentos de had...