-Hasta pronto, Sanha- dije.
Cuando lo vi entrar a su departamento, me giré a Eunwoo, quién seguía parado ahí, de brazos cruzados, de brazos cruzados y mirándome.
-¿Decidiste hacerle caso a Liv? -bromeó.
-¿Qué?- inquirí, confundida. Se separó de la puerta cuando me dirigí a abrirla.
-Si, eso de buscarte pareja- musitó, pero la broma ya no le salió como tal. Exploté en estruendosas carcajadas.
-Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor- expliqué-. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Liv. Él rió.
-¿Con qué son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré- bromeó divertido.
-No hace falta, ella lo sabe- abrí la puerta y Eunwoo entro detrás de mí- ¿Si sabes que Liv llega hasta las ocho, verdad?- dije, sarcástica.
-Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras que la espero.
-Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega- pensé... espera, espera, no lo pensé, ¿lo dije?
-Gracias, que linda- musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro-. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a Jung, mi amigo, ¿recuerdas?- dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.
-Mmm si, estoy emocionada- farfullé.
-Jungkook también.
Así planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnifico. Él tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin habla o adivinarme los pensamientos a veces, era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad, pero sólo hasta que llegaba Liv, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse "amor" esta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.
-¡Bestia, arriba!- Liv tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que fuera a trabajar.
Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Liv me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a frotarlos para despabilarme, luego abrí paso a un bostezo grande.
Me pare con pereza y abrí la puerta, Liv estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.
-Ponte algo lindo, algo rojo, a Jung le gusta el rojo- dijo.
-Estás loca- musité y me di la vuelta para vestirme.
-Si quieres gustarle a Jungkook, escucha mis consejos- gritó desde la cocina.
-No quiero gustarle a Junkook, ¡ni siquiera lo conozco!- me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación, increíblemente asombrada del esfuerzo de Liv por emparejarme.
-Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegaran en cualquier momento.
-Eres perversa- la fulminé con la mirada.
-Pero así me quieres- me sacó la lengua y me vi obligada a reír.
-Tonta- dije.
Me vestí con una blusa azul pastel y unos jeans, sólo por llevarle la contra a Liv. A los pocos minutos oí el timbre sonar y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Eunwoo.
Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces y allí junto al ángel de oro, reposaba otro. Era un poco parecido a Eunwoo, sin embargo, su cabello era un poco más largo y medio rizado, su piel clara hacía lucir sus ojos oscuros y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.
-Hola- musité.
-_________, mira, él es Jeon Jung-kook- me dijo Liv, empujándome por el codo hacía el par de ángeles. Extendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.
-Hola- me dijo.
No estaba muy segura, pero sentía dentro de mí como dos partes, una atenta a Jungkook, pero la otra atenta a Eunwoo; seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.
-Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde iremos?- preguntó Liv.
-¿Quieren desayunar en...?- la voz de Eunwoo habló por fin y yo, me perdí en ella. Dejé de oír entonces la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos ya que ellos se aferraban a mantener la vista en Eunwoo.
Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron. ¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.
-¡_________!- me sacudió Liv.
-¿Eh?- musité, terriblemente desconcertada.
-Que si quieres desayunar banchan- me dijó.
-Mmm sí- dije. ¿Cuánto tiempo me habían estado hablando?
-Vamos entonces- concluyó Eunwoo.
Nos dejaron pasar primero y luego en el auto de Eunwoo nos dirigimos a un pequeño local de banchan, que desprendía el aroma a comida abarcando alrededor de un par de metros.
Nos sentamos en una mesa, Eunwoo y Liv en un lado y Jung y yo del otro. Ambos enfrente de ambos.
-Pidamos el banchan de kimchi, para que _______ pueda probarlo. Apuesto a que jamás has probado uno hecho en Corea.
-Eso es obvio, Liv, ya sabes que no- dije riendo.
Luego de unos minutos, diferentes platitos estaban servidos frente a nosotros y el olor que desprendían era exquisito. Me sirvieron un poco de todo, con mi respectivo tazón de arroz a un lado, todo estaba delicioso, comimos mientras que intercambiábamos la típica información de los que recién se conocen.
Yo miraba a Eunwoo sólo cuando nadie me observaba a mí, evitando ser descubierta mientras lo apreciaba en cada movimiento o cada gesto que hacía y cada palabra proveniente de sus labios. Él era hermoso a su propia manera y seguramente ni siquiera se daba cuenta de eso.
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‧₊˚𝑴𝒂𝒏𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒑𝒓𝒐𝒉𝒊𝒃𝒊𝒅𝒐‧₊˚ || Cha Eunwoo || ADAPTADA
Fiksi Penggemar¿Alguna vez has deseado algo prohibido? Cómo si esa cosa estuviera en la lista de "no lo toques, ni codicies", pero que cada momento te incita más y más a querer tenerlo... Él, era algo muy parecido a un príncipe azul, como el de los cuentos de had...