Los meses pasan rápido, las estaciones también, y el vientre de Hoseok ya era muy notorio. El Omega tachó la última luna, su hijo nacería en la siguiente. Estaba asustado, lo haría solo, sin ayuda de parteras de la manada para que su hijo nazca con bien.
Hacía muchas noches que soñaba con una luna roja grande y brillosa. El se encontraba lavando su ropa en el río cuando de pronto sintió mucho dolor, su cachorro venía.
Pero jamás llegaba a terminar de ver a su bebé nacer porque se despertaba, eso lo tenía con mucho enojo porque estaba ansioso por verlo.
El tiempo pasó muy rápido para Hoseok. Se sentía un poco incómodo por la mañana, decidió postergar lavar su ropa por la mañana y decidió hacerlo por la tarde, y cuando la tarde cayó el Omega cargó con toda su ropa para lavar.
Se sentó en una roca y empezó a lavar, el sol caía haciendo que los colores del cielo empiecen a ser de una tonalidad naranja, era hermoso a la vista.
Pronto su vientre bajo empezó a doler, gimió de dolor pero al ser soportable solo siguió, hasta que su ropa se mojó, no era agua del río. y al verse tan lejos de su casa, decidió tener a su hijo en el agua, era menos doloroso.
Esperó pacientemente mientras tanteaba la zona, había recordado la medida de dilatación que las parteras de la manada decían por lo que sabía que un no era momento.
Se apoyó de espaldas en una roca grande y miró hacia el cielo para luego acariciar su vientre, inconcientemente lloraba de felicidad, su bebé estaría en sus manos pronto.
Cuando ya fue momento se recostó arrodilló en el agua, haciendo que la misma le llegue al cuello, tanteó todo el lugar sacando toda cosa que le pueda dañar a su cachorro. Y una vez listo empezó a pujar con fuerza, pero nada que su bebé salía.
Estuvo así por horas.
Pero nada...
⸻¡Madreee!...⸻ Le gritó a la luna, si cualquiera de su manada lo escuchase se moriría de la rabia. ⸻Ayudame madre...⸻ Dijo ya casi sin aliento.
Una contracción que sintió fue lo que lo hizo pujar con fuerza sintiendo así como su bebé empezaba a salir, actuó instintivamente y pronto se encontró con su bebé en brazos. El cachorro lloró con fuerza haciendo que el corazón de Hoseok esté orgulloso.
Llevó al cachorro a su pecho y lo abrazó con fuerza, su bebé había llegado al mundo ya.
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2 días después...
Hoseok miró a su pequeño, tan pálido como la luna misma, ese cabello rubio platinado que lo enamoraba, sus ojitos tan claros como el agua del río, eran cosas que enamoraban al omega.
Pero no se podía quedar con el, así que con mucho valor cruzó el río y llevó a su pequeño a la manada que correspondía.
Al llegar, todos lo miraron con curiosidad y se alejaban cada que el daba un paso, cuando llegó a la ronda en la que estaban los líderes junto con su hijo hizo una corta reverencia mostrando respeto.
