Maybe... co-parents? [L.S]

Bien

Tanto Louis como Harry giraron a donde parecía ya estar de frente la persona que los llamó.

El pulso de ambos médicos se aceleró al ver nuevamente la cabecita de la bebé en brazos. La única razón por la cual, varias veces Louis se olvidaba que era médico.

Faith lloraba descontroladamente en los brazos de John.

Sus mejillas rojas y llenas de lágrimas saladas, su boquita abierta, dejando salir gritos y sollozos desconsolados, haciéndole saber a todos los presentes que algo ocurría con ella.

—¿John?— preguntó Harry con un susurro.

—¿Qué pasa con Faith?— preguntó Louis con cierto tono de alarma en su voz, haciendo fuerza de voluntad para no quitársela de los brazos y llevarla a algún cubículo privado.

John acariciaba los cabellos de la bebé, seguía meciéndose de un lado a otro, tratando de tranquilizarla, lo cual, no servía.

—No lo sé.— tragó con fuerza. —Estuvo bien en todo el día, y hace unas horas comenzó a verse incómoda. Hace menos de media hora empezó a llorar y la traje aquí. No supe qué hacer con ella.— apretó sus labios.

—Bien, está bien.— Harry sonrió mientras daba un ligero apretón en la colorida mejilla de la bebé. —Estarás bien, amorcito.— habló con tono dulce. —Deja que papi te vea, ¿sí?— estiró sus brazos, John la dejó con él.

No pensó en la palabra que uso para referirse a él mismo, era normal llamarse así en presencia de ella.

Tampoco se arrepintió.

Louis sonrió a la bebé mientras mordía sus labios. Era hermosa esa imagen de Faith en brazos de Harry, en ese hospital. Recordaba los meses anteriores.

John, se quedó de pie al lado de los médicos. Mirando lo embelesados que se veían con la menor, al igual que ella lo estaba con ellos. Sus grandes ojitos atentos al ojiazul y al ojiverde, sin siquiera mirarlo a él.

—¿Te sientes mal, mi amor?— preguntó Louis. —¿Me dejas revisarte, por favor?

Harry dejó a la bebé con Louis, mientras emprendían su camino al cubículo de pediatría. John iba detrás de ellos, a una distancia considerable. Podía escuchar todo lo que los mayores decían a la bebé para calmarla.

Llegando a esta habitación llena de colores y juguetes, Louis la recostó sobre la camilla. Dando un toquecito en su naricita, mientras él arrugaba la suya. Harry colocó un peluche de patito al lado de la menor.

La conocía perfectamente bien como para saber que debía poner un juguete con ella, o no se dejaría examinar.

Harry entretenía a la menor, jugando con sus manitas o piecitos, haciéndole caritas para divertirla, mientras Louis revisaba sus oídos, garganta, pulmones, corazoncito y estómago.

Tenía el estetoscopio en la parte baja del vientre de la menor, John estaba cruzado de brazos frente a la camilla. Su cara hablaba por sí sola, demostrando el miedo que tenía por si algo le estuviese pasando a la menor.

—¿Comió bien?

—Bebió un poco de leche y papilla de manzana. Después fue cuando empezó a llorar.

Harry alzó su vista a donde Louis, el castaño hizo lo mismo. Intercambiaron miradas, junto con una sonrisa de lado. Harry cubrió la pancita de la bebé y la sentó en la camilla, dejándola jugar con sus rizos.

Louis acomodó nuevamente el estetoscopio en su cuello, no tardó en acercarse a John y poner una mano sobre su hombro.

—Está bien.— rio. —La leche suele darle cólicos, es común en pequeños. Ellos no están acostumbrados a sentirse mal, y por lo mínimo ya están llorando como ella lo hacía. Aunque hiciste bien en traerla al hospital.