Harry es un pediatra en un hospital de enseñanza, Louis es su residente.
Donde Harry quiere adoptar a un bebé del área de pediatría antes de que se vaya a servicios sociales.
O donde Louis tiene cariño por cierto bebé que su jefe quiere adoptar.
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Harry y Louis jugaron con la menor en todo el día, descubriendo las nuevas palabras que se incluían en su vocabulario, como lo eran; gato, canción, y besito.
Ahora descansaban en su habitación, con la pequeña en medio de ambos mayores, envuelta en cobijitas de colores. Su vista fija en la televisión y su caricatura favorita, Bluey. Louis y Harry también disfrutaban verla, incluso la veían solos, sin la presencia de su pequeña.
Ella comía un poco de papilla de manzana en un envase de bolsita. Era su postre favorito, no le importaba que fuera algo líquido y no sólido —como ya era su alimentación.—, ella lo amaba.
Louis acariciaba sus cabellitos con amor, Harry jugaba con el piecito de la menor, que salía de la cobijita, haciéndola soltar risitas por sus toques.
El timbre sonó, Harry fue abrir, aunque sabía qué era. Formó un puchero y miró el reloj de la sala de estar. Louis también lo supo, así que mientras Harry abría la puerta e invitaba a John pasar a su casa, Louis se encargaba de guardar las cosas de su bebita.
—Te tienes que ir con John, mi amor.— hablaba con amor, poniéndole sus zapatitos. —Papi y yo nos divertimos mucho contigo hoy.— besó su mejilla. —¿Vendrás a visitarnos en esta semana?
Faith sonrió, abrió y cerró sus manitas.
—Mhm...— lazó un besito.
Louis sonrió achicando sus ojos, marcando las arrugitas que se formaban en sus comisuras. La envolvió en su cobijita, pues hacia frío afuera.
No tardó en tomarla en brazos e ir a la sala para dejarla con su padre.
Harry dejó un besito en su mejillita, apretándola con cuidado.
—Nos vemos en tres días, amorcito. Papá y yo te amamos mucho, angelito.
La menor escondió su cabecita en el pecho de John. Le encantaba esconder su carita de sus papis cuando le decían cosas lindas.
—Gracias.— murmuró John antes de salir del apartamento.
Al cerrar la puerta, Harry envolvió a Louis en sus brazos. Besando su nariz y sus labios. Un beso que se profundizó más y más, al punto en que Louis ya tenía sus piernas envueltas en la cadera del rizado. Sus manos detrás de su nuca, despeinándolo.
—¿Qué quieres hacer, cielo?— preguntó Harry en medio de una sonrisa, mirándolo a los ojos.
Louis mordió su labio inferior, volviendo a atacar los labios ajenos con pequeños y cortos besos. Harry avanzaba a paso lento por la sala de estar, forzando su agarre en la cintura de su novio.
—Quiero.— besó sus labios. —que me lleves.— otro beso más. —a la habitación.— ese último beso fue el que robó un jadeo de Harry al sentir la lengua de Louis entre sus labios.
—Vamos a nuestra habitación.
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