Jurassic Park: Campamento Cretácico 1993.

Cap. 1: Campamento Cretácico 1/2.

El canto de las aves tropicales, hacían que no sea aburrido escuchar las hojas de los árboles chocar entre si por el viento que las mueve suavemente en las copas. Acompañado estaba el grillar de los grillos ocultos entre las hojas y piedras del suelo.
Unos pequeños lagartos verdes de cuello largo al igual que sus patas traseras y cola iban saltando para atrapar las moscas y demás insectos que volaban cerca de ellos. Pero su almuerzo se ve interrumpido cuando...

-¡Debemos llegar al punto de extracción! -grito un hombre con bigote y sombrero a un adolescente. Este tiene una notoria capa de sudor en el rostro, y su ropa muestra las partes más sudadas de él-. ¡Rápido, sígueme! ¡No podemos quedarnos aquí!

Ambos corren a toda prisa por la densa selva tropical, se los oía pisar los charcos de agua y empujar las grandes hojas que contienen agua que cae de los árboles. Saltaban como podían las rocas grandes que estaban en medio de su paso, o, los árboles que cayeron porque estaban podridos por dentro. El explorador le había sacado una amplia distancia al joven. Tuvo que apresurar el ritmo para poder visualizarlo. Es ahí que lo ve deteniéndose y girando para tenerlo de frente.

-Espera, espera, espera -habló. Enganchado en la parte de izquierda de su pantalón, toma la radio y trata de comunicarse-. Aquí Meriweather, ¿alguien me copia?... ¿Hola?... nadie responde -guarda la radio y mira al adolescente-. Necesitamos llegar al punto de extracción, no esta muy lejos, aun podemos... -el árbol en el que se escondieron se movió de golpe, como si alguien o algo saltara sobre este. Y cuando levantaron la mirada, sus pupilas se contrajeron al ver al bípedo gruñir, mover de izquierda a derecha su larga cola. Era un dinosaurio, llamado Deinonychus antirrhopus. Era más grande que los descubiertos hasta el momento-. ¡Corre!

Nuevamente se encontraban atravesando la jungla, sabiendo ahora que animal los estaba cazando. Probablemente fue una manada la responsable de matar a los demás exploradores y científicos que acompañaron a Meriweather. El que los acababa de sorprender tiene rastros de sangre en el hocico y las patas delanteras, justo en las garras.

El adolescente voltea para tantear si el animal los estaba alcanzo, o mejor dicho, si ya estaba con ellos. Gira su cabeza y mira sobre su hombro derecho, viendo como el eudromaeosaurio hace unos sonidos roncos y sonoros. Por alguna razón, el adolescente, los relaciono con los sonidos que hacen los leones para demostrar donde están sus dominios.

Ambos siguieron corriendo por la selva, quitándose los helechos, saltando o agachándose ante los troncos. De paso recogían alguna que otra piedra para lanzarlas hacía los dinosaurios que se acercaban hambrientos a ellos.
Meriweather le saca un amplia distancia al joven, puesto que él tropezó por fijarse atrás y no vio un tocón de un árbol. El explorador logra llegar a un río y lo empieza a atravesar, es ahí que no ve al chico que lo estaba acompañando. Ve que está del otro lado y cayó por el pequeño risco. 

-¡Corre! ¡Estamos muy cerca! -gritó Meriweather agitando los brazos. Lo peor que puedes hacer cuando un animal -sobretodo carnívoro- te esta cazando.

-¡No hagas eso!

Todo se acabo cuando los Deinonychus salieron como una bala de la selva y fueron directo al explorador. El hombre voltea rápidamente y trato de ir a una palmera que se encuentra a diez metros de su ubicación; y apunto de lograrlo, los bípedos, saltaron a él. Desgarrando su carne, desmembrándolo y devorándolo mientras sigue gritando del dolor y viendo sus viseras ser sacadas de él.

El joven se mantuvo inmóvil en su lugar al escuchar lo que esta pasando. Tras el shock y el pánico, se pone de pie tropezando al río, pero, logra salir y trata de correr al punto de extracción. Lo que no imaginaba es que salieron un enorme Tyrannosaurus Rex de la jungla. Llego atraído por los gritos y el chico que tiene de frente llamó su atención. Abre grandes sus fauces y...