Cap. 5: Todo se cae...

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Una tormenta se desató en la isla nublar. La red eléctrica, los sistemas de seguridad y las alambradas del parque dejaron de funcionar de un momento para el otro. Dando así, la oportunidad a los animales de escapar de sus recintos y explorar.

Una mujer iba corriendo lo mejor que podía debido a un gran corte que tiene en la pierna izquierda, desde el sartorio hasta el cuádriceps femoral. La sangre brota de tal forma, que el pantalón verde militar ya esta bastante manchado, tanto con sangre, como con barro y la poca agua que pasaba de entre los árboles.

El ruido de ramas partirse hace que voltee rápidamente y apunte con su pistola. Además de su pierna, su brazo derecho también está lastimado, pero no con algún corte, más bien, con una gran mordida. Hasta tiene un diente clavado en el antebrazo, justo en el brachioradial. 

Su dedo índice se posó sobre el gatillo del arma, preparada para lo que sea que trate de atacarla. Lo que no esperaba, es que el ataque fuera desde atrás y no de adelante. Un animal, de un metro veinte tal vez, la golpea con su cabeza en la espalda y la tiro al suelo. La mujer voltea y trata de disparar, pero no se percató del risco al que se estaba acercando.

Y cayó. No hay una manera de saber cuantos metro, pero cayó. Trataba de aferrarse a las rocas y las ramas para amortiguar el dolor que sentiría en cuanto diera con el suelo. No obstante, llegó muy rápido y se dio con la cabeza primero, seguido del resto de su adolorido cuerpo...


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-¿Cómo dice, señor? ¿Qué lo vayamos a ver ahora?

Esa mañana, Roxie despertó con las intenciones de llevar a los campistas a dar un paseo por el río de la isla. Un paseo en cayacs, básicamente. En el campamento, como coordinadores, quedaron solo ella y Dave, ya que Reis tuvo que ir a buscar a los científicos que iban al lugar para que dieran el visto bueno y el parque abriera, con éxito, a finales de ese año.

Cuando estuvieron por ir a despertar a los adolescentes, la radio de la morena crepitó de repente, era Ray Arnold diciéndole que John Hammond quería verlos pronto.
Como es de esperarse, no pueden dejar a los chicos solos en el complejo, alguien debe quedarse para ver que no ocurra nada malo. Algo a lo que Dave dijo "¿qué podría pasar?" y Roxie le contestó "Kenji es un niño de cinco años"

-¿Qué te está diciendo? -pregunto Dave viendo a su compañera caminar de izquierda a derecha. Lo que ella no entiende es ¿por qué le pregunta si esta escuchándolo todo?

-... De acuerdo, señor Hammond, iremos en cuanto Regis nos diga que ya estará de regreso... Por supuesto, señor. Hasta luego.

-¿Y?

-Quiere que vayamos a contarle sobre lo que estuvo sucediendo aquí -Roxie no tiene idea si fue por como habló o como sonó, pero Dave se puso blanco y sus pupilas se volvieron tan pequeñas que no se las veía-. Tranquilo. No creo que perdamos el empleo.

-¿No crees? Ya me hiciste tener miedo, Roxana.

-Aquí Regis, ¿algún coordinador presente?

La voz de Regis hizo soltar aire de los dos mayores. Roxie toma su radio y le preguntó si ya supo del Sr. Hammond, a lo que le responde que si y que está regresando al campamento. Ante esto, Roxana y David entran al campamento para dejarles una nota a los campistas para que sepan en donde estarán y que canal de radio debían utilizar para comunicarse con ellos en caso de una emergencia.

Después de hacer la nota, los dos subieron a la camioneta y se fueron en dirección al Centro de Visitantes. Pero, ¿cómo llegaría Regis, si hay un solo vehículo? Bueno, después del incidente del otro día, y cuando llegaron a la isla, Hammond mando a que se les asigne un vehículo más grande para que los campistas estén cómodos al momento que deban regresar al continente. Los asientos están hacia los costados, y el centro es libre para poder poner el equipaje.

Jurassic Park: Campamento Cretácico 1993.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora