Capitulo 3: Que comience la tutoria

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Para la felicidad de todos aquel día, la jornada escolar había llegado a su fin. Todos los estudiantes emocionados se dirigían hacia la salida, algunos reunidos para salir por ahí y otros se iban directamente a sus casas.

Butters, era de esos últimos, de los que regresaba directamente a casa luego de la escuela, pero ahora esperaba que las cosas comenzaran a ser diferentes. El chico se mantenía nervioso allí, a la espera de ver aparecer a aquel que se supone le ayudaría a cambiar su estilo de vida.

Lamentablemente la última clase del día no la habían tenido juntos y además, no tenía en sus contactos el número de Kenny, por tanto, al no tener como ubicarlo, decidió que lo mejor era esperarlo a la salida como habían acordado.

Su vista insistió en recorrer aquel lugar, pero, para su mala suerte, en vez de dar con una cabellera rubia, dio con un castaño, quien a toda prisa parecía dirigirse hacia él. Se puso algo nervioso al verlo, pues sabía perfectamente de quien se trataba y a lo que venía, pues ya se había demorado bastante al no haberlo emboscado durante el día.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el chico sin siquiera saludarle, lo jaló hacia una de las esquinas del lugar y allí en voz baja, comenzó a hablarle.

—    Hey ¿Dónde te habías metido durante todo el día ah? Te estuve buscando — le recriminó, a lo que Butters solo agachó un poco su mirada — quiero saber si pudiste averiguar algo ayer con respecto a lo que te encargué.

—    S-si Erick, logré saber lo que querías — contestó, viendo como se le adornaba el rostro a Cartman con una sonrisa ante su afirmación.

—    ¡Bien! ¡Bien hecho! — le dijo, mientras le daba un par de palmadas en la espalda de manera algo brusca — ¿y entonces? ¿en que andan metidas esas zorras?

—    Erick, no es nada de lo que debas preocuparte — huyó la mirada ligeramente hacia un costado — las chicas solo están nuevamente armando una lista con respecto a los chicos — el castaño abrió sus ojos con algo de sorpresa — clasificándolos por aspecto y encanto — agachó un poco el rostro, recordando las opiniones de ellas sobre él.

—    Esa estupidez otra vez — mencionó con algo de desdén Erick ­— ¿y? ¿Qué llegaste a escuchar sobre eso? ¿supiste quién es el que encabeza la lista y donde estoy yo?

—    L-la verdad, no fui capaz de escuchar en qué lugar estas tu — reconoció Leo — p-pero el que encabeza la lista es Kenny, por lo que escuché.

—    ¿La puta de Kenny? — preguntó con indignación.

—    A-así es — continuó — por lo que escuché, él equilibra a la perfección lo que es el atractivo con el encanto, a-al menos según el parecer de ellas.

—    El criterio de esas ninfómanas es basura — acotó el castaño — pero si tienen un mínimo de buen gusto, obviamente yo estaré en segundo lugar — habló con algo de orgullo, mientras se cruzaba de brazos.

—    Realmente no lo sé Erick — negó con la cabeza — no alcancé a escuchar más.

—    ¿y tú? ¿sabes en qué lugar quedaste?

—    N-no — mintió — soló oí lo de Kenny.

—    Ajah — Cartman no pareció muy convencido — bueno, de igual manera, sería interesante poder llegar a tener esa lista.

—    Yo no lo haré — habló de prisa Butters, antes que vinieran ideas extrañas a la cabeza del castaño.

—    Yo no he dicho que tendrías que hacerlo tú — contestó — pero si sería interesante que lo intentaras.

Camino a la seducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora