La mazmorra de las 3 AM [TERMINADA]

CAPÍTULO 17- LAS BODAS SON PARA LOS ENAMORADOS

Cuando Jungkook abrió los ojos por la mañana, lo primero que vio fue el rostro de Taehyung a escasos centímetros del suyo. Tras el cansancio del viaje, la falta de sueño crónica de ambos y la noche de pasión, ambos quedaron profundamente dormidos. 

"Madre mía, es guapísimo", se dijo Jungkook en un susurro a sí mismo antes de levantarse de la cama. Antes de aparecer ante los padres de Taehyung, decidió darse una ducha bien caliente. Pero cuando volvió a entrar en su habitación, su novio ya no estaba allí. 

Tímidamente, se dirigió a la cocina, y allí estaba: sentado en una silla, revolviendo su café distraídamente mientras leía algo en su móvil. A su lado, una taza con café y un plato con una tostada con mermelada le esperaba.

— Buenos días—dijo Jungkook, sentándose junto a él. Al ver a sus padres hablando de espaldas a ellos, se atrevió a robarle un breve beso en los labios.

— Buenos días, mi amor— respondió el hombre con una sonrisa, acariciando su rostro con cariño - ¿Has dormido bien?

— Como un bebé—respondió el chico.

— Taehyung, anoche escuché que sacaste el coche, ¿por qué te fuiste? —preguntó el padre, sentándose al lado de su hijo.

— Papá, no hagas preguntas de las que no quieres saber la respuesta—respondió el hombre, sin levantar la vista de su lectura.

Al oírle, Jungkook se atragantó con el líquido caliente de su taza, sonrojándose por la sinceridad del hombre, lo que provocó que Taehyung le mirase y dejase escapar una pequeña risa. La madre se acercó a su hijo con una mirada reprobatoria y le dio con la mano en la nuca, más como una advertencia.

— Kim Taehyung, por favor, ¿hablas en serio? ¿Arrastrar a tu pareja fuera de casa en medio de la noche? ¿Qué tienes, 15 años? —dijo la madre.

— Por cómo me tratas, aparentemente sí —respondió el hombre, poniendo cara traviesa para provocar a su madre.

— ¡Y no creas que no sé que no has dormido en tu cuarto, jovencito!

— Ay, mamá, deja de regañarme ya. Tú no has oído nada incómodo y nosotros hemos dormido juntos sin molestar a nadie. Hemos salido todos ganando. Ahora dame un abrazo y un beso.

— No te lo has merecido, bicho malo—respondió la mujer, pero acercándose a él para atender a su petición.

Después de desayunar, el padre de familia insistió en enseñarle a Jungkook su colección de barcos en botella, tal y como había predicho su hijo semanas antes, dejando a Taehyung a solas con su madre. 

Sentados en el salón, ambos comenzaron a conversar cómodamente sobre temas sin importancia, hasta que la mujer sacó el valor para tener la conversación que quería tener.

— Hijo, yo... quería hablar contigo en privado, espero que no te moleste—dijo Eun-ji, tomando la mano de su hijo entre las suyas.

— Por supuesto, mamá, dime.

— Tú... ¿Has pensado en dejar tu trabajo? —preguntó la mujer.

— ¿Mi trabajo? ¿Ya empezamos otra vez, mamá? —dijo Taehyung con un suspiro— Entiendo que me dedico a algo complicado de compartir con tus amigas en el pueblo, pero me hace feliz, y...

— No estoy sacando el tema porque no lo apruebe, Taehyung —respondió ella, cortante— Por supuesto que cuando eras niño no imaginaba que acabarías trabajando en algo así, pero es tu vida, te va bien, y, sobre todo, lo que acabas de decir: Te hace feliz.