CAPÍTULO 18-FAMILIA

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La luz de la mañana entrando por las ventanas despertó a Jungkook a la mañana siguiente. Con un gruñido, se levantó de la cama, sintiendo un dolor sordo en cada músculo de su cuerpo que le hizo sonreír inadvertidamente. El recuerdo de cómo Taehyung le hizo alcanzar el cielo una, otra y otra vez a lo largo de la noche le hizo soltar una carcajada de incredulidad. 

Daba igual el rincón de la habitación al que mirase, que los recuerdos de la noche volvían a su mente como vívidas imágenes: Su camisa, rota en suelo. Las sábanas de una de las camas, sucias y arrugadas en un rincón. La moqueta sobre la que Taehyung le hizo tener el tercer orgasmo de la noche. La mesa, en la cual alcanzó el cuarto de ellos, ya casi como un reto personal. Y sabía que aquella lujuria poco tenía que ver con Vante, su alter ego: Había sido Taehyung con aquella hambre animal quien le había devorado entero.

El sonido de la ducha en el cuarto de baño del hotel sonó como una invitación para él, sabiendo que era él quien la ocupaba. Dejando caer su ropa interior, entró furtivamente, siendo recibido con una amplia sonrisa.

—     Buenos días, conejito—dijo Taehyung, dedicándole una tierna caricia en la cálida piel de su costado – ¿Has dormido bien?

—     Sí, pero me duele todo el cuerpo.

—     A mí también, lo de anoche fue bastante... intenso—dijo Taehyung, tensando los músculos con un gruñido—¿Qué tipo de magia negra me hiciste para ponerme así, eh?

—     ¿Yo? Ninguna—respondió Jungkook con fingida inocencia, abrazando la cintura del hombre y besándole brevemente los labios — Supongo que te gusto mucho, mucho, mucho.

—     Será que me gustas mucho, mucho, mucho—respondió el hombre, correspondiendo su abrazo y sus pequeños besos — Es la primera vez en mi vida que pierdo los estribos así.

—     Me alegra saber que solo yo he visto esa faceta de ti—dijo Jungkook, poniendo gel de ducha en sus manos para enjabonar con cariño la suave piel acanelada del hombre.

—     Voy a tener que pedirte que bailes así para mí otra vez—respondió Taehyung, sintiendo las caricias del chico recorrer su pecho con suavidad – Eres tan precioso, tan perfecto...

—     Si tanto te gusta, lo haré para ti siempre que quieras.

Con una risita tímida, Jungkook aceptó las palabras del hombre, disfrutando de la sensual intimidad del momento. Sin embargo, Taehyung acarició el cuerpo desnudo del chico con una mueca de disgusto, rodeando con cuidado las marcas violáceas que destacaban sobre su pálida piel. 

Al subir la mirada, la sonrisa tímida de Jungkook le impactó como un rayo que aceleró su pulso, maravillado.

—     Perdóname, pequeño... —susurró Taehyung.

—     ¿Por qué? —preguntó Jungkook, bajando la vista hasta encontrar lo que estaba mirando Taehyung.

—     No tenía derecho a marcarte así por todas partes, no eres de mi propiedad. Eres libre, y quiero que lo sigas siendo siempre.

—     Pues a mí me encantan los souvenirs que me llevo de esta noche, no te equivoques—suspiró Jungkook, agarrando con suavidad la mano de su pareja para que acariciase la marca de su cadera en la que tenía fija la vista — No como forma de marcar territorio, eso es bastante creepy. Sino como recuerdo para mí. Por unos días, acariciaré mi piel dolorida o me miraré al espejo y recordaré cómo me hiciste ver el cielo tantas veces que pensé que mi cuerpo no iba a soportarlo.

Por supuesto, ambos sabían que después de las últimas horas sus cuerpos estarían fuera de servicio, pero eso no quería decir que no pudiesen disfrutar de la agradable sensación de acariciarse, y besarse, sin otra intención que quererse. Así que Taehyung también aprovechó para enjabonar el cuerpo suave y tonificado de su pareja, convirtiendo la ducha en una improvisada sesión de mimos. 

La mazmorra de las 3 AM [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora