Narra Estela:
Ya era lunes. Mónica se acababa de ir a trabajar y yo me estaba preparando para ir a la audición de la película. Estaba bastante nerviosa ya que la única que había grabado era más musical, infantil y esta era todo lo contrario, pero me había esforzado mucho y tenía muchas ganas de hacerla. Así que cuando ya estaba lista fui a donde teníamos que ir para el casting.
Cuando salí estaba más nerviosa que cuando entré. No sabía si les habría gustado mi audición a los productores o no. Yo creo que lo hice bastante bien pero no sé, nos dijeron que nos mandarían durante esta semana un mensaje en el que confirmarían si habíamos entrado o no, así que solo me quedaba esperar.
Mónica me dijo que me recogería. Estuve un rato esperándola pero no apareció, así que me dispuse a llamarla, y en ese instante me llegó un mensaje en el que decía:
-Lo siento Estela, no voy a poder recogerte. Me han dicho que tengo que quedarme hasta tarde para recuperar algunas de las horas que perdí en las vacaciones. Así que no sé si llegaré a cenar.
Yo le contesté:
-Vale, sin problema. Me iré a dar una vuelta y volveré a casa. Hoy hago yo la cena para cuando llegues, comer juntas. Así que avísame cuando vayas a salir. Si veo que es muy tarde y no has llegado te dejo apartada tu parte.
Ella me dijo que vale y que si necesitaba algo que la avisara. Precisamente cuando estaba por salir de la cafetería a la que había ido la cual se encontraba cerca de mi casa, me tropecé con nuestro vecino y le tiré sin querer el café que llevaba en la mano encima de su camiseta. Al darse cuenta de que fui yo la causante del problema, me miró con cara de enfado y me dijo.
-¿¡Es que no miras por donde vas o qué!? De verdad, ¿tan difícil es mirar para delante?-Yo lo miré indignada, ¡ni que yo quisiera chocarme con él!
-Perdón, pero ha sido sin querer, no hace falta que me grites, ¿crees que yo quería chocar contigo y mancharme yo también de café?- él me miró todavía enfadado, y yo seguía en medio de la puerta de la cafetería, me di la vuelta y me fui para mi casa. Ya estaría todo el día de mal humor.
Antes de que pudiera seguir mi camino el chico me cogió de la mano y me tiró hacia él para que lo mirara, me solté de su agarre y él dijo algo que me puso de peor humor todavía.
-¿No me estarías persiguiendo y te chocaste conmigo queriendo, para que me fijara en ti, no? Porque eso es lo que ha parecido, así que no quiero volver a verte cerca de mi, ¿entendiste?-estaba aguantándome las ganas de meterle un puñetazo en la cara para que se le quitaran las tonterías.
-Mira, ya te lo he dicho ha sido sin querer yo no quería chocar. Es más te intento evitar todo lo posible así que calma tu ego porque hoy lo tienes por las nubes. Mira si me importas poco que no me interesa ni saber tu nombre.-le dije, él se quedó unos segundos en silencio. Así que cuando estaba a punto de irme me dijo:
-Me llamo Adrián. Ya sabes mi nombre.- a mi me dio igual que me dijera su nombre, así que empecé a andar en dirección a mi casa.
No me di cuenta hasta que se puso al lado mía de que me había seguido hasta la mitad de la calle.
-¿Por qué me sigues? A ver si vas a ser tú el que me persigue a mi, la verdad eres bastante pesado, ¿no me dijiste que no me acercara a ti?- le dije molesta. Él sonrió al ver que estaba enfadada, se puso delante mía para bloquearme el paso.
-Si, te he dicho eso pero, es que no me has dicho cómo te llamas cuando yo te lo he dicho.- yo lo mire extrañada, ¿ para que quería saber mi nombre? En fin para que me dejara tranquila de una vez se lo dije.
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El Chico Perfecto
Teen FictionEstela es una chica apasionada por la música, y Mónica es su mejor amiga, una chica a la que le encanta el volleyball. Años atrás ellas tuvieron que distanciarse por los estudios pero eso no las separo. Estela ha empezado a hacer algunas películas...