Vol. 1: Cap. 3.2 - Primero las Damas

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—¡¿Qué fue eso, Ayanokouji?! —dijo Shibata.

—¿Qué fue qué? —respondí.

—¡No se supone que la operación fuera tan exitosa! ¡Al contrario, tu misión era fallar! —añadió otro chico.

—¡Estamos en un solo barco, Ayanokouji! ¡Prosperamos juntos y nos hundimos juntos! —siguió Shibata.

—Podrían haber elegido a otra persona si eso es lo que querían. Sólo estaba improvisando bajo presión —contesté.

—Tampoco te lo tomes tan en serio, Ayanokouji-kun —dijo Hamaguchi—. Sólo están bromeando, ¿verdad?

—........ —La mayoría de los chicos silbaron mientras desviaban sus ojos.

—¿Verdad...? —Hamaguchi parecía haber perdido la esperanza en ellos.

Iba a dejar pasar el tiempo hasta que el profesor llegara, pero una invitada inesperada apareció. Incluso había tocado mi puerta.

—¡Hola, Ayanokouji-kun! —dijo Minamikata.

—Hola. ¿Necesitas algo?

—No creo que necesite algo para hablarte, ¿o sí?

—No realmente, pero seguía estando curioso del porqué yo de todos los chicos.

—Bueno, dijiste algo sobre la natación en tu presentación, así que quise saber más de ti. El uniforme lo escondía, pero tu cuerpo se ve muy bien —dijo, haciendo círculos alrededor mientras inspeccionaba los rincones visibles de mi cuerpo.

Si los roles se invirtieran, ya estaría en el suelo con moretones y una demanda. En este caso, ¿qué debería responder?

—Tú también te ves muy bien, Minamikata. Claro que lo digo sin intenciones románticas o algo por el estilo. Jajajajajajaja.

Eso... Eso sonó horrible. Ahora sólo quiero meterme a un pozo y morir de la vergüenza. ¿Se supone que eso era una risa? Se asemeja más a esas voces generadas por computadora que la de un chico normal.

—¡Pfft! ¡Jajajaja! —A Minamikata le resultó divertido, pero no sé cómo sentirme al respecto. Creo que es mejor que haber recibido una bofetada.

—En todo caso... —Traté de redirigir su atención a otra cosa—. ¿Has estado nadando desde la primaria o la secundaria?

—Comencé en mi primer año de secundaria. No esperaba mucho cuando lo intenté, ¿sabes? Simplemente quería realizar alguna actividad, pero la sensación del agua fue grandiosa. ¿Y tú? ¿Desde cuándo captó tu interés la natación?

—No diría que soy tan apasionado por ella como tú, pero tampoco negaré que el agua se siente bien. He estado nadando desde la primaria.

—Bueno, creo que es digno de reconocimiento que hayas mantenido la rutina hasta ahora. Creo que, al final del día, la natación realmente debe gustarte. Es difícil seguir haciendo algo que no te gusta.

—Ese podría ser el caso. Como no expreso mis emociones muy bien, es posible que hasta yo ya no sepa cómo me siento respecto a algo.

—¡Muy bien, todos, fórmense! —Un hombre masculino y de mediana edad, el tipo de hombre que aparentemente se dedicaba a los deportes, juntó a todos y empezó la clase, poniendo un fin temporal a mi conversación con Minamikata. Lucía como un profesor de educación física, pero también se veía como el tipo de hombre que es atractivo tanto para hombres como mujeres—. Entonces son todos, ¿huh? ¡Qué amor por el deporte!

Puede decirlo dos veces. Me pregunto cómo reaccionaría si supiera de la motivación principal de casi todos los chicos de la clase. Luce como el tipo que les daría un discurso sobre los pensamientos primitivos y sobre ver la belleza del deporte.

Classroom of the Elite: Iris - White SwirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora